En Barrio Sur, una plaza está a punto de desaparecer

En Barrio Sur, una plaza está a punto de desaparecer

La Eladio Pache se encuentra en un predio privado que había sido prestado al municipio. Ahora le pertenece a una empresa que está por construir. La ausencia de juegos y bancos, el primer síntoma del cambio.

CÓMO ESTÁ AHORA. La Municipalidad ya retiró los bancos y los juegos infantiles; de todos modos, muchos vecinos continúan recorriendo el espacio, porque el verde es tentador. CÓMO ESTÁ AHORA. La Municipalidad ya retiró los bancos y los juegos infantiles; de todos modos, muchos vecinos continúan recorriendo el espacio, porque el verde es tentador.
04 Mayo 2012

La relación que Carmen Roldán mantenía con ella era extraña: temprano en la mañana le generaba miedo. Pero a medida que avanzaba el día empezaba a quererla de nuevo, a tal punto que le llevaba a Facundo -con sus tres años revoltosos- para que jugaran juntos. Carmen no sabe muy bien qué le está ocurriendo a ese rinconcito verde de la ciudad al que la unía ese lazo contradictorio, pero nota que su fisonomía ha cambiado: los juegos y los bancos de la plaza Eladio Pache han desaparecido. Y no es por culpa de los vándalos, como muchos de los vecinos de barrio Sur creyeron al principio. Es que está condenada a desaparecer: una empresa privada comenzará a construir en el predio de Rondeau y Congreso.

Carmen es la niñera de Facundo y, como muchos adultos con chicos o mascotas a su cargo, encuentra en la plaza el salvavidas para no ahogarse en el cemento. Las otras alternativas verdes de la zona son la Rivadavia y la San Martín, que están a cuatro cuadras y media, o el parque de la Independencia, del otro lado de la avenida Roca.

"Es tan inseguro pasar a la mañana temprano o a la noche por la plaza que yo cambié de recorrido, porque se llena de arrebatadores. Pero durante el día explota de gente y los chicos se divierten de lo lindo", recordó Carmen, con Facundo tomado de la mano. Palabras más, palabras menos, su testimonio es similar al de sus vecinos: María Gómez, Ignacio Gargiulo y un comerciante que atiende tras las rejas y que prefiere no decir su nombre, entre otros. Es que la mayoría mantiene con este rincón verde una relación confusa: lo quieren, pero, al mismo tiempo, le temen. Eso sí, desde hace algunos días todos coinciden en una amargura: intuyen que le queda poco tiempo. Y no se equivocan.

El director de Espacios Verdes de la Municipalidad, Pablo Bulacio, explicó que el predio no le pertenece al Gobierno de la ciudad. "Es un terreno que de muy buena voluntad una persona cedió a préstamo a la Municipalidad mientras la familia tomaba la determinación sobre qué hacer con él. Nosotros lo acondicionamos para que lo disfruten los vecinos. Pero finalmente hubo una definición: fue vendido a una empresa que está por realizar un emprendimiento. No podemos hacer nada, porque es un terreno privado", detalló el funcionario. Fue por eso que las cuadrillas de operarios retiraron el mobiliario. Es muy probable que los juegos y los bancos sean destinados a un espacio verde del barrio Oeste II, adelantó Bulacio.

La arquitecta Daniela Moreno, del Instituto de Historia y Patrimonio de la UNT y autora de estudios históricos y urbanísticos sobre las plazas, hizo hincapié en que, originalmente, la Eladio Pache no era una plaza. "No se le puede exigir al privado que aporte predios a la ciudad, aunque sería un benefactor maravilloso", argumentó. "El problema es que la ciudad se consolidó con las plazas que fueron diagramadas originalmente. De hecho, a principios del siglo XX se definieron las plazoletas en las esquinas de los bulevares, porque eran los únicos terrenos de propiedad municipal que quedaban libres. En una ciudad consolidada es muy difícil crear nuevos espacios verdes. Por eso hay que cuidar los que están; no hay más. A veces no somos conscientes de eso", afirmó.

La Eladio Pache fue inaugurada en 2004. Con sus hamacas y toboganes atrajo inmediatamente a los chicos de la zona. Los años pasaron y, a pesar de las quejas por la inseguridad, los vecinos se encariñaron con ella. Ahora van a extrañarla.



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