Todos vamos hacia la Tierra Prometida

Todos vamos hacia la Tierra Prometida

Por Domingo Cocenza, fraile dominico.

22 Febrero 2012
El itinerario de Israel hacia la tierra prometida es el modelo del tiempo litúrgico de preparación para la celebración de la Pascua, expresado en el período de cuarenta días llamado Cuaresma. Esos son los años de la travesía por el desierto y los días en que los cristianos contemplan a Jesús encaminado hacia Jerusalén. Profundizar en la espiritualidad del Éxodo permite comprender las disposiciones de Jesús y el sentido de su predicación.

Para todas las generaciones permanece vigente el llamado de Dios a su pueblo, para que escuche y practique los preceptos que conducen a la libertad y a la plenitud de vida.

Así como sucedió con la generación de Moisés en el desierto, y seguidamente con la de Josué al ingresar en la Tierra prometida, también los seguidores de Jesús reciben la misma invitación desde la nube durante la Transfiguración: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo" (Mt 17,5).

La Transfiguración
La narración de la Transfiguración de Jesús (Lc 9,28-36) evoca un acontecimiento que permite ampliar su lectura. Se iniciará a continuación su viaje final a Jerusalén. Por tanto el uso de la palabra éxodo para designar la experiencia que vivirá Jesús señala el sentido de ese viaje.

En efecto, el Éxodo refiere el acontecimiento fundacional de la historia de Israel. De este modo Lucas describe la subida de Jesús a Jerusalén como una renovación de la experiencia primordial de su pueblo, nacido de la liberación de la esclavitud de Egipto.

La intervención salvífica de Dios y la Alianza pactada con Israel entran, entonces, en el horizonte de la larga travesía de Jesús y, también, en el destino de su vida.

Comentarios