No hay por qué temer: todos podemos disfrutar la ópera

No hay por qué temer: todos podemos disfrutar la ópera

03 Septiembre 2011
"¿Ópera? ¡Ni loco! Eso es para viejos cultos!". ¿Verdad que es una respuesta posible? Lo cierto es que la ópera es, en realidad, música popular. Y la dificultad no está en lo que sucede en el escenario, sino en que se maneja un código poco habitual: los personajes dialogan, piensan y sueñan cantando.

Hija del Renacimiento

Según explicó a LA GACETA el profesor José Luis Conde, profesor de Historia de la Música en el Instituto Superior de Música de la UNT, la ópera nació en Italia cuando se moría el siglo XVI. Como padres tuvo un grupo de músicos, poetas e intelectuales florentinos conocidos como la Camerata de Bardi. Como todo renacentista, tenían puesta la mirada en las formas clásicas del arte; consideraban que las tragedias griegas habían sido originalmente cantadas y la ópera fue un modo de "restaurar" esta situación.

"En pocas palabras -explicó- la ópera es la combinación de dos elementos: la música y la representación. En general una historia no muy complicada (abundan los amores contrariados), sostenida por la música y el canto". "Una particular manera de cantar, es cierto; pero también es cierto, porque la voz humana está trabajada como un instrumento", añadió.

Y describió el fenómeno de modo que se entendió que "la cosa" no es del otro mundo, y que, para poder disfrutarla, la cuestión es acercarse a ella sin prejuicios.

"En primera instancia resulta artificial que la gente se comunique cantando -reconoció-. Pero una vez entendidas y aceptadas las reglas del juego, y el trasfondo histórico, la cuestión es dejarse llevar, aceptar hacerse cómplice... y simplemente disfrutar"

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