Fragmento de ¡Basta de historias!

Fragmento de ¡Basta de historias!

28 Agosto 2011
"De todos los países latinoamericanos, en materia educativa la Argentina se distingue por tener uno de los pasados más gloriosos y uno de los presentes más penosos. Hoy, sus gigantescas universidades públicas difícilmente podrían estar más alejadas del mercado laboral, de la investigación científica productiva y de la economía global. No siempre fue así. La Universidad de Buenos Aires (UBA), la mayor universidad estatal y tradicionalmente la de mayor prestigio del país, había tenido una época de oro durante el siglo pasado, y ha tenido como estudiantes o profesores a cinco ciudadanos argentinos galardonados con el premio Nobel: Carlos Saavedra Lamas (1936), Bernardo Houssay (1947), Luis Federico Leloir (1970), Adolfo Pérez Esquivel (1980) y César Milstein (1984).
Su momento de mayor prestigio había sido a mediados de  siglo, desde la presidencia de Arturo Frondizi en 1958 hasta el golpe militar de 1966, cuando se crearon varias facultades y se le dio un gran impulso a la investigación científica. Pero de allí en adelante, sucesivas purgas ideológicas -primero desde la derecha, y en años más recientes desde la izquierda- hicieron que muchos docentes e investigadores fueran separados de sus puestos o emigraran, y el nivel académico cayó en picada. Hoy, la que fuera una de las mejores universidades latinoamericanas es un monumento al estancamiento académico, el aislamiento internacional y la falta de innovación.
A pesar de ser una de las universidades más grandes de Latinoamérica, con 321.000 estudiantes, y de tener un plantel de profesores y estudiantes de un nivel intelectual que a muchos países les gustaría tener, la UBA no aparece -o está abajo- en los principales rankings internacionales de las mejores universidades del mundo. El ránking del Suplemento de Educación Superior del Times de Londres no incluyó a la UBA en su listado de las mejores 200 universidades del mundo de 2009. Y el ránking de la Universidad de Shanghai, China, coloca a la UBA en el grupo de universidades que están en los puestos 150 y 200 de su ránking.
En muchos otros países, semejante dato sería motivo de un escándalo nacional, y la sociedad civil le estaría reclamando al gobierno airadamente que explique el bajo rendimiento del dinero de los contribuyentes para subvencionar a la mayor universidad del país".

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