El último libro de Lagmanovich

COMPILACION
POR ELECCIÓN AJENA
David Lagmanovich
(La aguja de Buffon - Tucumán)

El explícito título de este volumen está vinculado con la selección que hicieron varios escritores de textos escritos por David Lagmanovich, integrando obras suyas o publicados en revistas y suplementos literarios de nuestro país y del exterior. Ampliamente documentada, esa fuente fue incluida en las últimas páginas.
En lo que hace a la procedencia específica de libros, son los que conforman la bibliografía completa del autor: La hormiga escritora (2004), Casi el silencio (2005), Menos de 100, Los cuatro elementos y Las intrusas (2007) e Historia del Mandamás y otros relatos (2009).
Lagmanovich nació en Córdoba en 1927 y residió en Tucumán durante varios años. A partir de los 70, tras haber escrito únicamente poesía, se especializó en el microrrelato, del que en la actualidad es uno de sus máximos referentes, como se aprecia no sólo en la calidad y amplitud de su obra, sino también en su valiosa contribución teórica sobre el género. Aunque en forma aislada, incursionaron en el microrrelato, entre otros, Oscar Wilde, Kafka, Boris Vian, Gómez de la Serna, Borges y Cortázar.
La denominación alude a una pieza breve, con los ingredientes básicos de la narrativa clásica -comienzo, nudo y desenlace, siempre sorpresivo- que, en el caso de un conjunto de ellos, como en este volumen, permiten la lectura independiente puesto que no tienen conexión temática. Entre los 112 trabajos seleccionados, muy pocos superan  la extensión de una página, mientras que el récord de brevedad lo logra utilizando sólo diez palabras.
Resaltan en todos ellos un conjunto de aspectos, como el humor (con frecuencia, filoso), la fineza de ciertas pinceladas poéticas, la reflexión mordaz sobre hechos cotidianos muy reconocibles y la bien balanceada mezcla de lo lúdico y lo transgresor.
Esto último queda bien ejemplificado en una audaz (y muy jocosa) versión del presunto envenenamiento de Mariano Moreno en alta mar; el insólito asalto perpetrado por una respetable dama en un cajero automático; la parodia del célebre cuento de Augusto Monterroso ("?el dinosaurio todavía estaba allí"), y, en otro alarde de ingenio y economía expresiva, la composición que quizás puede considerarse la más elocuente definición del género: "Cada vez que comienzo un microrrelato, ignoro si acabo de escribir las primeras palabras o las últimas". 

Willy G. Bouillon