Villalba instó a construir una patria más justa y solidaria

Villalba instó a construir una patria más justa y solidaria

"El Congreso también debería preocuparse por la pobreza, la falta de trabajo y la salud".

EN LA PARROQUIA. El arzobispo, monseñor Luis Villalba, preside la misa. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO EN LA PARROQUIA. El arzobispo, monseñor Luis Villalba, preside la misa. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
14 Mayo 2010
"Gracias María por llevarnos a la Eucaristía". Con este lema, la grey católica y los devotos marianos conmemoraron ayer la festividad de Nuestra Señora de Fátima. La celebración comenzó con la tradicional procesión de la Virgen. Una multitud de fieles acompañó la imagen que salió a las 16.30 del templo ubicado en Muñecas al 1.500, continuó por Paraguay, por 25 de Mayo y dobló en Chile para retomar Muñecas. Los colores de las banderas de Argentina y del Vaticano -representadas por guirnaldas blancas y celestes, y blancas y amarillas- adornaban las fachadas de las viviendas por donde marchó la columna de fieles.

A las 17.45 una salva de bombas y el tañido de las campanas del templo le dieron la bienvenida a la imagen de la Virgen de Fátima que fue entronizada en el altar levantado en la intersección de Muñecas y Brasil. El fervoroso público saludó con vivas a María y enarboló pañuelos, banderas y flores amarillas y blancas.

La Banda de Música de la Municipalidad interpretó el Himno Nacional y a las 18 el arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Héctor Villalba, inició la misa.

En su homilía, el prelado dijo que la fecha recuerda el 13 de mayo de 1817, cuando María les apareció a tres pastorcitos en Fátima, Portugal, para dejar un mensaje a la humanidad. "Fue un llamado a la conversión, pidió volver al Evangelio y rezar al rosario. Tenemos que imitar a María, una mujer de fe, de obediencia y servidora de Dios", expresó Villalba.

"En nuestro país hay una crisis de valores morales -enfatizó el arzobispo-. El Congreso de la Nación está discutiendo si aprueba o no el matrimonio civil entre homosexuales. También debería preocuparse por buscar soluciones a la pobreza, a la falta de trabajo, de educación, de vivienda y de salud, para que se pueda construir una patria más justa y más solidaria". Y haciendo suyos algunos conceptos del documento que emitió el Episcopado Argentino "Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad", monseñor Villalba instó a cambiar los sentimientos y los corazones para cambiar la provincia y el país.

"Necesitamos dialogar. El diálogo es un gran instrumento para unir distintos grupos sociales; el diálogo entre las partes en disenso hace a la esencia de la democracia y es capaz de acercar las posturas más radicales. Pido a los trabajadores de la salud y al Gobierno que inicien un diálogo abierto, cordial y honrado para solucionar el problema que está afectando a los más pobres, a los enfermos cuyas vidas dependen de la atención del Estado", concluyó el prelado.

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