FESTEJO "ACADÉMICO". Los futbolistas de Racing celebran el gran triunfo frente a Boca y el pase a la final del Clausura.
Racing dio el golpe en La Bombonera. No fue un triunfo cualquiera. Fue un golpe de autoridad, una declaración de carácter y un recordatorio de que, cuando huele sangre, el equipo de Gustavo Costas suele morder. Con un 1-0 tan ajustado como valioso, la “Academia” silenció al estadio entero, eliminó a Boca y se convirtió en el primer finalista del Torneo Clausura 2025.
Porque si algo le faltaba a Racing para completar su credencial de candidato, era volver a marcar diferencias en un escenario grande. Y lo hizo. Con un equipo ordenado, disciplinado y contundente en el momento exacto, supo golpear donde Boca flaqueó. Después de 10 partidos sin convertir, Adrián “Maravilla” Martínez se elevó a los 29 minutos del segundo tiempo para ganarle por arriba a Ayrton Costa y clavar un frentazo que enmudeció a La Bombonera. El festejo no sólo liberó al delantero de una racha de 966 minutos sin goles: también selló el destino del partido.
Hasta ese momento, el trámite había sido incómodo, cortado, friccionado, casi áspero. Ninguno encontraba claridad. Racing intentaba construir desde los pies de Agustín Almendra y la proyección de sus laterales; Boca encontraba en Exequiel Zeballos -hasta su sorpresiva salida- a su jugador más punzante. Pero la tensión se imponía sobre las ideas.
Racing tuvo el primer aviso serio a los 20 minutos. Una buena combinación por izquierda dejó a Gabriel Rojas en posición de centro, y su envío encontró el cabezazo de Facundo Mura, que se fue por encima del travesaño. Cuatro minutos más tarde, Boca respondió con su primer remate al arco: Milton Giménez resolvió una jugada individual, pero su disparo llegó débil a las manos de Facundo Cambeses.
La “Academia” estuvo más cerca del gol a los 41’, en una acción rápida y bien elaborada por derecha. Mura descargó para Juan Ignacio Nardoni, quien sacó un remate desde afuera del área que rozó el palo derecho de Agustín Marchesín. El mediocampista aprovechó el pase de primera y sacudió un tiro que mereció mejor destino.
La jugada más peligrosa de Boca llegó al cierre de la primera etapa. Tras un tiro libre ejecutado por Leandro Paredes al segundo palo, Ayrton Costa devolvió la pelota al área y una serie de rebotes encendió la alarma. El rechazo fallido de Colombo y la intervención apurada de Di Césare dejaron la pelota flotando para Giménez, que de carambola casi pone el 1 a 0.
El segundo tiempo mantuvo el tono inicial: demasiada fricción, poco juego. Boca intentaba acelerar, Racing esperaba su momento. Lo tuvo primero “Maravilla” Martínez a los 21 minutis, cuando mandó la pelota por arriba del travesaño luego de un gran centro de Rojas. Y lo tuvo, sobre todo, a los 29’, cuando Almendra habilitó a Rojas por izquierda y el lateral ejecutó un centro quirúrgico para que Martínez, en lo alto, definiera el partido.
El impacto fue doble: Racing se metió en la final del Clausura (instancia que disputará este sábado 13 de diciembre en Santiago del Estero) y, de rebote, dejó a River afuera de la Copa Libertadores 2026. La Bombonera, mientras tanto, quedó sumida en un silencio incómodo.
La “Academia”, en cambio, se retiró con la convicción de los equipos que creen en sí mismo. No sólo ganó: demostró que está para cosas grandes. Y en una definición que espera rival del clásico platense, Racing vuelve a presentarse como lo que Costas insistió desde el primer día: un equipo que está hecho para estos escenarios donde se juega más que un resultado.







