Cuánto lamento y añoro a los viejos dirigentes que supo tener la UCR, especialmente con todos los defectos y críticas que se le pudieran haber hecho a Ricardo Balbín, pese a no estar enrolado a su corriente interna, dado que fui un admirador de él y partidario de la juventud radical que lo llevara a Raúl Ricardo Alfonsín hasta presidente de la república. Hoy el partido está ausente y la diáspora que se produjo en toda la dirigencia no emiten ni siquiera una opinión y un análisis para averiguar y saber, sin convocar al comité nacional, qué es lo que se arregló y trató en el acuerdo de Milei con el gobierno norteamericano. Es facultad del Congreso de la Nación convocar a una sesión especial para dar cumplimiento al imperio que regla la Constitución Nacional para que el Poder Ejecutivo brinde un pormenorizado informe. Reaccionen radicales, ¿o qué están esperando? ¿Que los dos turistas que enviaron como interventores de la UCR los tengamos que denunciar en la policía de Tucumán por extravío o de persona? Porque desde hace tres meses nadie sabe de la vida de ellos y lo mantienen al partido con las puertas cerradas. Reaccionemos de una vez por todas; tengamos un poco de pudor y de vergüenza porque para la opinión pública no tenemos ni presencia ni opinión y eso que estamos a 26 días de una elección.
José Luis Avignone
Marcos Paz 922 - S. M. de Tucumán







