En plena Costa Brava y con menos de 800 habitantes, Calella de Palafrugell conserva intacta la esencia de los pueblos pesqueros del Mediterráneo. Sus calles estrechas y encaladas, sus playas protegidas y sus vistas a la montaña lo convierten en un lugar único para quienes buscan tranquilidad y belleza natural. Pero, además, este pintoresco rincón tiene un valor añadido para la historia de la música: aquí fue donde Joan Manuel Serrat compuso Mediterráneo, considerada por muchos como su obra maestra.
El origen de una canción eterna
Aunque el germen de Mediterráneo surgió en México, donde Serrat sintió nostalgia de su mar natal durante una gira en 1969, fue en 1971 cuando la canción tomó forma definitiva en Calella de Palafrugell. El propio cantautor relató que nació en el hotel Batlle, durante largas noches de música y conversación con su amigo Alberto Puig Palau —el célebre “tío Alberto”— y los anfitriones Tomás y Rosa.
En sus palabras, aquel Mediterráneo era “con más hormigas que hormigón”, un lugar donde el día a día importaba más que cualquier plan urbanístico. La versión definitiva de la canción, tal como explicó en el documental La mitad invisible del Mediterráneo (TVE, 2009), tardó meses en completarse.
Qué ver en Calella de Palafrugell
Hoy, el antiguo hotel Batlle es un edificio de apartamentos, pero el pueblo mantiene su encanto original. Entre sus atractivos destacan:
El Portbò, barrio marítimo declarado Bien Cultural de Interés Nacional, antiguo núcleo portuario con gran historia comercial.
Cap Roig, con su castillo y sus espectaculares jardines botánicos, sede de uno de los festivales de música más prestigiosos de España.
El certamen anual de habaneras, que mantiene viva la tradición musical local.
Su combinación de playa y montaña, junto con la preservación del entorno rural, hacen de Calella de Palafrugell un destino ideal para quienes buscan desconexión, cultura y mar.
Un lugar para la memoria musical
Visitar Calella de Palafrugell no es solo descubrir un pueblo con encanto, sino caminar por el escenario donde se gestó Mediterráneo, himno generacional y símbolo de la identidad mediterránea. Un rincón que sigue inspirando a viajeros, músicos y amantes de la belleza natural.