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España vuelve a registrar una muerte vinculada a las altísimas temperaturas que azotan al país. Este martes, los Mossos d’Esquadra confirmaron que un temporero, vecino de Lleida y de origen rumano, perdió la vida mientras trabajaba en el campo con más de 40 °C, en plena ola de calor.
Según informó Cadena SER, el hombre comenzó a sentirse indispuesto hacia las cinco de la tarde y sufrió un mareo antes de desplomarse. La autopsia determinará la causa exacta del fallecimiento y si se trató de un accidente laboral directamente relacionado con las condiciones meteorológicas extremas.
El suceso ha generado preocupación por la exposición de los trabajadores agrícolas a temperaturas extremas, especialmente durante la campaña de recogida de fruta. Solo en Alcarràs, el lunes el termómetro rozó los 41 °C, una de las máximas más altas registradas este verano en la zona.
La policía catalana ha abierto diligencias y espera el resultado forense, mientras investiga si se aplicaron las medidas de prevención de riesgos laborales exigidas para trabajos al aire libre con calor extremo.
Un verano letal: 1.783 muertes atribuidas al calor
Este nuevo caso se suma a las dos muertes registradas también este martes en Andalucía, donde una mujer de 61 años y un joven de 21 fallecieron mientras trabajaban en la vía pública.
Según el último informe de la Consejería andaluza de Salud, este verano las altas temperaturas han causado 1.783 muertes en España, de las cuales 141 corresponden a Andalucía. La cifra representa 31 fallecimientos más que en el mismo periodo de 2024.
El seguimiento de estos casos se realiza entre el 13 de julio y el 11 de agosto, conforme al servicio de Vigilancia de Salud de la Junta. Aunque no se han concretado las fechas exactas de cada muerte, en el caso andaluz las víctimas presentaban antecedentes médicos que las situaban en los grupos de alto riesgo definidos en el Protocolo Andaluz de Coordinación frente a los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud 2025.
Los más vulnerables al calor extremo
El protocolo incluye como población especialmente vulnerable a personas mayores de 65 años, enfermos crónicos, menores de 4 años, lactantes, pacientes con tratamientos específicos y quienes trabajan al aire libre, entre otros. También se consideran en riesgo quienes viven solas, no tienen hogar o sufren dificultades económicas, así como deportistas que entrenan en las horas de mayor insolación.
La monitorización de la mortalidad por calor, coordinada por el Ministerio de Sanidad a través del Plan de Acciones Preventivas contra los Efectos de las Temperaturas Excesivas, se basa en las predicciones de la Aemet y en la activación de distintos niveles de alerta. El objetivo: identificar, seguir y proteger a los grupos más expuestos, y reforzar las medidas preventivas antes de que las altas temperaturas cobren más vidas.