Rafa Nadal y su villa caribeña de 2 millones: lujo, mar y privacidad para su nueva vida familiar
El extenista y su esposa, Xisca Perelló, acaban de dar la bienvenida a su segundo hijo, Miquel, y disfrutan de un verano marcado por la intimidad entre Mallorca y su exclusiva casa en República Dominicana.
Rafa Nadal y Xisca Perelló celebraron el pasado jueves 7 de agosto la llegada de su segundo hijo en común. El pequeño Miquel nació en el Hospital Quirónsalud Palmaplanas de Palma de Mallorca, el mismo en el que, hace casi dos años, vino al mundo su primogénito, Rafael.
El matrimonio, fiel a su estilo discreto, mantuvo en secreto tanto el sexo como el nombre del bebé hasta su nacimiento. El nombre elegido, Miquel, tiene una profunda carga emocional: era el nombre del padre de Mery, fallecido en abril de 2023 a los 63 años tras una larga enfermedad. Muy querido en Mallorca, su ausencia dejó un gran vacío, y este homenaje familiar mantendrá vivo su recuerdo para las nuevas generaciones.
Tras abandonar la clínica apenas 48 horas después del parto, la familia puso rumbo a la calma de su hogar en Manacor, aunque no se descarta que también hayan pasado parte del verano en uno de sus refugios más paradisíacos: la villa que Nadal posee en República Dominicana.
Adquirida en 2012 por algo menos de medio millón de euros, cuando Nadal atravesaba uno de los momentos más brillantes de su carrera, esta propiedad ha multiplicado su valor hasta superar los dos millones gracias a reformas y mejoras. De estilo contemporáneo, la casa —con unos 227 m² repartidos en dos plantas— dispone de tres dormitorios, cocina moderna totalmente equipada, comedor con ventanales de suelo a techo, salón con chimenea, jardín y piscina privada.
La villa se encuentra dentro del exclusivo complejo residencial Bahía Príncipe Playa Nueva Romana, entre Santo Domingo y La Romana. Allí, Nadal y su familia disfrutan de un club de playa, spa, gimnasio, campos de golf, puerto deportivo, marina privada, club de tenis y seguridad las 24 horas.
Más que una inversión, para el campeón mallorquín este es un espacio de desconexión absoluta, un rincón junto al mar donde la privacidad, la naturaleza y la familia se convierten en protagonistas de esta nueva etapa con Mery, Rafael y el recién llegado Miquel.