Cuál fue el terremoto más grande de la historia de Chile Infobae
En el sur de Chile, el 22 de mayo de 1960, se produjo un sismo de magnitud 9,5 que desató catástrofes con impacto global, y que incluso llegó a Asia y Oceanía. Este evento superó la capacidad de respuesta de la época y forzó a repensar la gestión del riesgo sísmico a nivel internacional. El terremoto, que dejó más de 2.000 muertos y múltiples ciudades en ruinas, se ha convertido en una referencia crucial para la memoria y la ciencia, alterando de forma abrupta la vida de millones de personas.
Con su epicentro cerca de Valdivia, el sismo desencadenó fuerzas geológicas de una magnitud sin precedentes. En pocos minutos, la geografía de la zona fue rediseñada: vastas extensiones de tierra se elevaron o se hundieron, y comunidades enteras quedaron reducidas a escombros. La onda expansiva fue tan poderosa que generó un tsunami que viajó por todo el océano Pacífico, causando destrucción en lugares remotos como Hawái y Japón.
Con su epicentro cerca de Valdivia, el sismo desencadenó fuerzas geológicas de una magnitud sin precedentes
Terremoto de Valdivia de 1960: ¿por qué fue el sismo más grande en la historia?
El 21 de mayo, una docena de temblores con magnitudes de entre 8,1 y 8,3 impactaron la región, provocando el colapso de edificios y decenas de muertes en ciudades como Concepción. Aunque devastadores, estos sismos fueron solo la antesala de un evento mucho más potente.
El terremoto principal ocurrió un día después, originado por un desplazamiento abrupto de la placa de Nazca bajo la Sudamericana. La liberación de energía fue tan masiva que causó deformaciones en el terreno, modificó el cauce de los ríos, formó nuevas lagunas y hundió grandes superficies, mientras las ondas sísmicas se propagaban por el resto del continente.
El colapso del fondo marino a causa del sismo generó un tsunami con olas de hasta diez metros de altura. Estas olas arrasaron la costa chilena, inundando puertos, viviendas y carreteras, y sorprendiendo a las poblaciones costeras. El fenómeno no se limitó a América del Sur; el tsunami continuó su recorrido por el océano Pacífico, causando daños y más de 100 muertes adicionales en lugares tan lejanos como Hawái, Filipinas y Japón.
Sin dudas, Valdivia fue la ciudad más golpeada por este descomunal terremoto. Las calles quedaron sepultadas bajo los escombros de las casas, y se formaron lagunas en zonas habitadas. Además, los servicios básicos dejaron de funcionar y hospitales y rutas permanecieron inutilizables durante semanas.
El análisis pormenorizado del evento y sus consecuencias llevó a la creación de sistemas de monitoreo sísmico y de alerta temprana en la cuenca del Pacífico, además de nuevos protocolos de respuesta coordinada.
