¿Quién gana más en España: una peluquera o una mujer que limpia casas?

Mónica cuenta sin filtros cómo es limpiar hogares en Mallorca.

Mónica, limpiadora. Mónica, limpiadora. Youtube
06 Agosto 2025

Mientras el debate sobre los salarios dignos se extiende en toda España, la comparación entre dos trabajos tradicionalmente feminizados y mal pagados —el de peluquera y el de limpiadora— revela realidades laborales tan similares como desiguales. Una de las voces que lo explica con crudeza es Mónica, una madre de 38 años que trabaja limpiando casas y comercios en Mallorca, y que no tiene miedo de hablar de dinero, precariedad ni sacrificios.

“Hay días que llego a 150 euros, pero también hubo noches que dormí en la calle”, cuenta sin rodeos en una entrevista en el programa de Elandrevlog

Rutina invisible: el día a día de una limpiadora

Mónica se levanta antes de las seis de la mañana. Vive con sus hijas y empieza la jornada en una peluquería donde limpia durante casi dos horas por 20 euros. De allí sigue por otras casas, todas recomendadas por clientas anteriores. Asegura que trabaja entre cuatro y ocho horas diarias, cobrando una media de 13 euros por hora.

“La gente cree que limpiar es fácil, pero es un trabajo físico durísimo. Trapeo, froto baños, limpio cristales, y si hay pelos de perro o del salón, peor”.

Aunque algunas tareas pueden parecer rutinarias, Mónica detalla que cada casa tiene sus reglas. En muchas no puede usar zapatos, así que limpia en medias. Cada producto de limpieza lo compra ella: vinagre, antical, y hasta mezcla champú con detergente para los cristales.

¿Y una peluquera?

Según el portal especializado Jobted.es, el salario medio de una peluquera en España ronda los 1.100 a 1.300 euros al mes trabajando jornada completa. En algunas comunidades autónomas, el salario apenas supera el Salario Mínimo Interprofesional (1.134 €/mes en 2025), y muchas peluqueras trabajan por comisiones o sueldos variables según la clientela. En resumen: para igualar lo que Mónica puede ganar en un día bueno (150 €), una peluquera tendría que trabajar casi una semana entera en algunos casos.

Confianza, esfuerzo y precariedad

Más allá del ingreso diario, lo que más valora Mónica es la confianza de sus clientas: “Tengo llaves y claves de todas las casas. La gente confía porque soy honesta. Eso no se paga con dinero”.

Pero esa confianza no siempre existió. Mónica recuerda cuando no tenía dónde dormir ni un ingreso fijo. “Pasé tres días en la calle. Solo una amiga me ayudó. A partir de ahí, todo fue esfuerzo y trabajo”.

Aunque hoy logra pagar 750 euros de alquiler por un piso modesto, reconoce que la estabilidad sigue siendo frágil: “Hay semanas que saco 90 euros entre todo. No alcanza. La calidad de vida en Mallorca es buena, pero los gastos son altos”.

¿Se puede vivir limpiando casas en España?

Sí, pero con matices. Mónica logra, en los mejores días, ingresos que superan los de muchas empleadas en trabajos formales. Pero la falta de contratos, seguridad social y estabilidad hacen que todo dependa del día a día. No hay bajas pagadas, ni vacaciones, ni margen para enfermarse.

“No quiero perder mis clientes. Quiero hacer todo bien, pagar mis impuestos, trabajar tranquila. Porque aquí se vive bien. Pero hay que pelearla”.

Conclusión: ¿quién gana más?

La respuesta corta: depende del contexto. Una limpiadora autónoma como Mónica, con una clientela estable, puede ganar en un buen mes más que una peluquera empleada. Pero ese ingreso no siempre viene con derechos laborales, y está marcado por la precariedad, la informalidad y el esfuerzo físico extremo.

En ambos casos, se trata de trabajos invisibles y subvalorados que siguen siendo sostenidos, en su mayoría, por mujeres. Mujeres como Mónica, que hacen cuentas con cada minuto de su día.

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