Pobreza energética en España: uno de cada tres hogares no puede mantener su casa fresca en verano
Un 33% de los hogares españoles no logra mantener una temperatura adecuada en verano. En familias vulnerables, la cifra sube al 53%. Murcia, Madrid y Andalucía lideran el ranking de pobreza energética estival.
Más de 1 de cada 3 familias en España no puede mantener su vivienda fresca durante los meses de verano, según un reciente estudio elaborado por Greenpeace y Ecodes. La cifra es aún más alarmante entre los hogares vulnerables: el 53% no logra soportar el calor dentro de casa. Murcia, Madrid y Andalucía encabezan el ranking de las comunidades autónomas más afectadas por la pobreza energética estival.
Aunque el foco suele ponerse en el invierno, los datos revelan que la pobreza energética en verano representa un problema igual o más grave. Mientras que un 17% de la población general no puede mantener su casa caliente en invierno, ese porcentaje casi se duplica en verano. Y en el caso de los hogares vulnerables, la diferencia es más marcada: el 60% tiene problemas de calefacción en invierno, pero el 53% directamente no puede refrescarse en verano, lo que agrava los riesgos para la salud durante las olas de calor.
¿Por qué es más difícil mantener el hogar fresco en verano?
El informe destaca múltiples factores detrás de esta situación:
Baja eficiencia energética de las viviendas, especialmente en construcciones anteriores a 1981.
Escaso aislamiento térmico, que hace que el calor penetre fácilmente.
Menor acceso a equipamiento como aires acondicionados: solo el 19,8% de los hogares vulnerables dispone de uno, frente al 52,8% de media nacional.
Coste de la electricidad, que impide su uso constante: un 51% de las familias vulnerables con aire acondicionado afirma no poder utilizarlo todo el tiempo necesario.
Alquiler, ingresos bajos y viviendas antiguas: una combinación peligrosa
El régimen de tenencia es otro factor determinante. El 77% de los hogares que sufren pobreza energética en verano vive en régimen de alquiler, lo que limita las posibilidades de mejorar la vivienda (aislamiento, ventanas, electrodomésticos eficientes). Además, muchas familias inquilinas no figuran como titulares de los contratos de suministro eléctrico, lo que les impide acceder a ayudas como el bono social o a la protección frente a cortes por impago.
El informe también revela desigualdades por sexo y edad: las mujeres solas en situación vulnerable padecen más pobreza energética que los hombres en el mismo contexto, y las personas mayores de 65 años están algo más protegidas, probablemente por vivir en viviendas en propiedad y con mejores condiciones habitacionales.
¿Qué propone Greenpeace?
Entre las medidas urgentes, la organización ambientalista y Ecodes proponen:
Garantizar el acceso a servicios energéticos básicos, con tarifas sociales, bono social ampliado y prohibición de cortes por impago.
Rehabilitación masiva de viviendas, priorizando soluciones pasivas como el aislamiento térmico de fachadas, techos y ventanas.
Impulsar una transición energética justa, basada en fuentes renovables, eficiencia y equidad.
Políticas públicas con perspectiva de género, especialmente orientadas a colectivos vulnerables.
El calor extremo ya no es una excepción
Con el aumento sostenido de las temperaturas y la frecuencia de las olas de calor en España, la pobreza energética en verano se convierte en una emergencia de salud pública. Golpes de calor, deshidratación, insomnio y enfermedades respiratorias son solo algunas de las consecuencias de vivir en hogares sin una temperatura adecuada.