15 Julio 2025
Gran avance en el mundo de la agricultura chilena. FOTO/LACUARTA.
En un hecho sin precedentes para la agricultura nacional, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) está liderando un ambicioso cultivo experimental de arroz en pleno desierto de Arica y Parinacota. El ensayo, considerado un hito por las autoridades, fue sembrado a fines de mayo de 2025 en el predio Pampa Concordia, marcando el inicio del primer cultivo arrocero en la historia de la región.
La iniciativa desafía las condiciones extremas del norte grande, al introducir un cultivo típicamente asociado a zonas húmedas en una de las regiones más secas del planeta. Pero más allá del desafío técnico, el proyecto busca abrir una nueva frontera agrícola para Chile, apostando por la soberanía alimentaria y la diversificación productiva del país
Carlos Furche, director nacional del INIA, subrayó el impacto de este experimento: "Hacer agricultura en el desierto requiere mucho trabajo, determinación e inversión. Esto representa poner al servicio del país todos los recursos de INIA para acelerar los procesos de investigación y, a su vez, es una señal para la región de que la agricultura en zonas desérticas es una opción que puede generar empleo, riqueza y diversificar la matriz productiva local"
Un arroz diseñado para ahorrar agua
El corazón del proyecto es la variedad Jaspe FL INIA, un arroz blanco de grano largo desarrollado por el Programa de Mejoramiento Genético (PMG) del instituto. Este tipo de arroz es el resultado del cruzamiento de germoplasma nacional con variedades rusas, y está especialmente diseñado para ser eficiente en el uso del agua y tener un ciclo de crecimiento más corto
A diferencia de los cultivos tradicionales que requieren inundación constante, en Pampa Concordia se está utilizando riego por goteo y subterráneo, eliminando el uso excesivo de agua. Ensayos previos en las regiones del Maule y Ñuble ya han demostrado que esta variedad puede alcanzar rendimientos de hasta 10 toneladas por hectárea, con un ahorro hídrico cercano al 50%.
Además, el proyecto incorpora técnicas de speed breeding, que aceleran el desarrollo de nuevas variedades genéticas, y ensayos con bioestimulantes basados en hongos endófitos para potenciar aún más su rendimiento.
Arica y Parinacota como laboratorio agrícola
La directora regional de INIA Ururi, Marjorie Allende, destacó la relevancia de esta experiencia para el desarrollo del conocimiento aplicado en la agricultura nacional:
"Este ensayo confirma el potencial de las zonas extremas como plataformas para la innovación, y las características agroclimáticas de Arica y Parinacota ofrecen condiciones excepcionales para generar conocimiento transferible a otras regiones del país", precisó, consignó el portal Cooperativa.
Se estima que la primera cosecha de arroz en la historia de la región podría concretarse en un plazo de cinco a seis meses, lo que transformaría este proyecto en un punto de inflexión para la agricultura chilena.
Este avance se enmarca en el convenio FLAR-Chile y fortalece las capacidades del país para enfrentar el cambio climático con cultivos resilientes y adaptados a un futuro con menos recursos hídricos.
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