¿Habrá unidad en el peronismo tucumano?

Algunas veces natural y otras, forzada o por alguna tregua circunstancial. La unidad del peronismo es una discusión cíclica en la historia. En los últimos 10 años, en Tucumán ha sido prácticamente una ilusión óptica.

Los dirigentes más cercanos al poder siempre supieron que la convivencia armónica entre las líneas del jaldismo y del ex manzurismo era precaria.

La confrontación directa, en las elecciones nacionales de 2021, pasó a ser subterránea desde la asunción de Osvaldo Jaldo. Hasta que aparecieron en el horizonte el acercamiento institucional de la gestión con la Casa Rosada y un cronograma electoral.

El surgimiento de la línea antimileísta, liderada por Pablo Yedlin y Javier Noguera, no sorprendió a nadie dentro del PJ y generó que el escenario local tomara otro color con la mirada puesta en una nueva posible interna.

Desde casi el comienzo de la gestión, en la Casa de Gobierno estaban convencidos de que el senador Juan Manzur fogonearía y plantaría competencia en algún momento antes del 2027. Aunque Manzur es un actor necesario para el nuevo armado, no está precisamente a la cabeza.

Las circunstancias políticas externas e internas vienen cambiando con tal rapidez en estos últimos meses que la configuración del peronismo se discute y replantea permanentemente.

Las buenas perspectivas electorales de La Libertad Avanza (LLA) modificó las expectativas y genera inquietud en el justicialismo local. En concreto, los últimos sondeos y encuestas que maneja la dirigencia tanto del oficialismo como de la oposición advierten que si los peronistas no van unidos, corren un riesgo serio de que LLA se les acerque demasiado e, inclusive, de que los supere. Y estos no son datos que pasen inadvertidos para ningún peronista.

El reciente acercamiento institucional entre la Provincia y el Municipio de Tafí Viejo, tras varios meses de tiroteos verbales y administrativos por los fondos públicos, fue una señal que alertó en el justicialismo de que algo había cambiado.

La salida de la administración de Alejandra Rodríguez, cuyo jefe político es Noguera, del Pacto Social había sido interpretada puertas adentro del movimiento como un gesto contundente para adquirir autonomía política y, a la vez, había derivado en que se tensara la relación con el jaldismo.

Desde ambas partes se reclamaron durante estos meses plata adeudada y el asunto quedó al borde de la judicialización.

Diversas reuniones entre las autoridades municipales y el Ejecutivo provincial abrieron una puerta. Hay quienes ven que detrás de ese portal no sólo está la cuestión de garantizar los salarios de los municipales taficeños sino también la posibilidad más concreta hasta ahora de que el peronismo llegue unido a octubre ¿Es tan así? Hay claves del contexto político y económico que alimentan las chances de un acuerdo. Pero están las de la política, que son definitorias.

Las claves del contexto

Hay tres factores que podrían llegar a propiciar un acuerdo, de menor a mayor importancia.

El primero es el calendario electoral, porque queda un mes para la presentación de frentes y 40 días para que se tenga que hacer lo propio con los candidatos a diputados nacionales. Para esta época, en otras ocasiones, el peronismo solía tener un panorama más claro.

El peronismo pone en juego dos bancas (de las cuatro del distrito), las que dejan Elia Fernández y Agustín Fernández, ambos del bloque Independencia, que responde al gobernador.

El segundo tiene que ver con la situación económica. Referentes de todas las líneas ven con preocupación el ritmo de la economía. Si bien destacan el control de la inflación, ponen bajo la lupa la situación de los indicadores sociales, como la pobreza y el empleo. “Otra vez tenemos la sensación de que todo se caerá pronto”, resume un dirigente de experiencia del peronismo que transita por los pasillos del poder.

Tanto el primer mandatario como el ministro de Economía, Daniel Abad, vienen declarando públicamente que las proyecciones no son alentadoras para lo que viene.

El endurecimiento del discurso del gobernador en relación a la Nación, en cuanto a la relación financiera con las provincias, es un marcador. Esta nueva posición crítica acerca de alguna manera a Jaldo a lo que piensan y vienen reclamando los miembros de la vertiente anti Milei.

El tercero es medular. Si bien el rendimiento electoral de LLA en Tucumán es una incógnita, tienen buenos números en la previa electoral. Tanto las encuestadoras como los analistas observan que Milei conserva relativamente el apoyo de sus votantes. Además, el partido está organizado y tiene un referente: el vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán. Presentaron ya iniciativas para las elecciones de Alberdi y vienen sosteniendo actividades en la provincia.

La certeza entre tantas dudas a esta altura del cronograma es que para el justicialismo la oposición en la próxima contienda es LLA.

Las claves políticas

Bajo este subtítulo están las cuestiones medulares. Hay miradas sobre lo que está pasando en el peronismo: una en la Casa de Gobierno y otra en el armado disidente. Hay coincidencia en un punto: las conversaciones por ahora son netamente institucionales y sobre la mesa no se ha puesto en discusión la unidad para las elecciones. Ni Jaldo ofreció lugares en la lista ni los díscolos los pidieron.

Respecto de Tafí Viejo, se les ofreció volver al Pacto Social, porque vence la vigencia de los acuerdos municipales actuales y ahora tienen que renovarse todos. En tierras taficeñas analizan la propuesta pero quieren que los números sean más claros y que se equilibren mejor los fondos en relación a otras municipalidades.

En el jaldismo aseguran que hay un “alto al fuego”, pero nada concluyente. Sostienen que el gobernador tiene como prioridad mantener la paz social en las ciudades y que no puede permitir tener conflictos en este contexto. Así como considera que diluyó la problemática de Juan Bautista Alberdi con la intervención. Mañana, de hecho, firmará el decreto de convocatoria a elecciones en la misma fecha que las nacionales.

En cuanto a la conveniencia electoral, Jaldo repite en su entorno que perder no es una opción. Entienden en su entorno que los antimileístas pueden sacarle varios puntos, puntos que serán valiosísimos en la puja contra la LLA.

Sin embargo, nada está dicho. El “plan A” del gobernador sigue siendo competir con su lista propia del frente “Tucumán Primero”, cuya única candidata firme hasta aquí es la diputada Gladys Medina. Jaldo sigue analizando la posibilidad de encabezar él mismo la propuesta.

A diferencia de meses atrás, el “plan B” en el oficialismo es una nómina de unidad. Pero sucede que a Jaldo, dicen en sus alrededores, le gustaría mucho la primera opción. Liderar y ganar podría consagrarlo como líder del PJ con un pie en los comicios provinciales.

En el espacio díscolo admiten que el diálogo por la situación de Tafí Viejo es promisorio. Tampoco creen, sin embargo, que trascienda hacia una alianza hacia las urnas. Al menos, no por ahora. Afirman que no hubo ningún avance hacia esa dirección.

Miran hacia Buenos Aires, a la espera de definiciones sobre el nombre del frente que se usará en los comicios de ese distrito. Será el que repliquen aquí y es probable que la semana que viene lo inscriban. Estaría integrado por el Frente Renovador, el Parte y el Partido de la Victoria, entre otros.

Mantienen conversaciones con Cristina Fernández y con Sergio Massa, que los apoyan y promueven la integración del armado. En paralelo,harán la presentación formal con un acto el 26.

Sobre el vínculo con el jaldismo, entienden que tienen que darse algunas circunstancias más que los tiempos del cronograma o la necesidad para poder lograr una cohesión. Ven con mucha preocupación que el PJ pueda ser superado por LLA, pero apuntan a otros aspectos que también serán gravitantes en cualquier decisión. Por ejemplo, señalan que los tres diputados del bloque Independencia no dieron quórum ni acompañaron en la última sesión propuestas que resultaban vitales para el peronismo nacional. Afirman que integrar una nómina con candidatos que después votarán acorde a los pedidos de Milei sería complejo para ellos.

No hay peronista que no diga que anhela la unidad del PJ. Pero la pregunta de si habrá una sola propuesta del movimiento no tiene hoy una respuesta. Hay indicios de que es una probabilidad, pero demasiado remota. Los factores del contexto y de la política seguramente seguirán incidiendo hasta que las fechas lleguen al límite.

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