
“Me preocupa que la gente está quedando cada vez más al margen”, afirmó el padre Pepe Di Paola
“Ayudemos a los que ayudan”, “La droga es un problema de todos” y “Ni un pibe menos por la droga” son los lemas bajo los cuáles el martes se llevará a cabo el “Encuentro por la Vida, la Comunidad y la Independencia”, una convocatoria que busca destacar y fortalecer el trabajo de quienes sostienen la vida en situaciones de extrema necesidad y enfrentan la problemática de las drogas.
La convocatoria, a la que se sumará el gobernador Osvaldo Jaldo, es impulsada por el Ministerio Público Fiscal, que conduce Edmundo Jiménez, con el Equipo de Coordinación de Políticas Reparatorias (ECPR) que coordina Esteban Duhalde que desde hace años reúne bajo un mismo esquema todo lo recuperado del delito –dinero, bienes, inmuebles– y lo canaliza en proyectos solidarios que fortalecen a quienes ya trabajaban con poblaciones vulnerables.
Entre los participantes estará el cura Pepe Di Paola, un referente nacional de programas de recuperación de la adicción a las drogas quien luego de estar varios años en villas de Buenos Aires actualmente trabaja en Campo Gallo, en Santiago del Estero. En diálogo con LA GACETA, el cura destacó la importancia de concientizar para ayudar a los demás, y del delicado equilibrio que estamos viviendo como país en estos momentos. Esta fue la charla:
- ¿Qué se busca con esta convocatoria?
- Hay algo que Francisco enseñó cuando inició los hogares de Cristo, cuando no era Papa, sino obispo de Buenos Aires, que decía que hay una nueva esclavitud en la época nuestra y es la de la droga. Esa esclavitud hace que una persona no viva libremente su vida ni la pueda desarrollar justamente por estar esclavo. Entonces todo este movimiento que se va generando y que el Ministerio Público Fiscal de Tucumán ha trabajado desde hace un tiempo a esta parte, tratando de redireccionar y hacer que aquellas cosas que provenían de delitos se transformaran en acciones concretas, en prevención o en recuperación, son movimientos importantes para que la sociedad tome conciencia y también para ejecutar una política pública realmente que beneficia a la persona. Esta mirada tiene que ver con dos ejes: la prevención y la recuperación que lleva a ayudar a los que ayudan. Yo creo que lo importante es que la convocatoria no habla de partidos políticos, no habla de ideologías... Es una mirada de la Argentina comunitaria donde se piensa en el hermano y se construye una patria solidaria.
- En medio de un tiempo individualista como el que vivimos, que haya grupos de personas que se reúnen para ayudar es para destacar…
- La síntesis sería que un Estado más cercano pueda entrar en vinculación con aquellos que están procurando el bien en los barrios. Entonces, también hay muchos elementos que el Estado tiene que se podrían utilizar mejor, porque lo pueden canalizar a través de gente que realmente está bien metida en un lugar, que sabe la problemática del lugar, conoce a las personas bien concretas, con sus problemas, con sus dificultades, pero también con sus capacidades. Entonces, eso se transforma en algo muy positivo. Nos ha tocado en la experiencia de los hogares de Cristo, que al estar nosotros en el territorio y a veces entrar en ese contacto con autoridades de municipios, de provincias, se ha hecho mucho bien, se ha transformado.
- No es común que un Ministerio Publico Fiscal, que tiene otras obligaciones, se involucre en estas cuestiones. ¿Cómo lo ve usted?
- Es una mirada distinta, es una mirada más constructiva. y es una mirada que realmente hace a la verdadera Justicia, poder hacer que bienes incautados puedan volver transformados en obras, en material, en posibilidad de vehículos, de lo que sea, para organizaciones que no tienen nada, pero sin embargo están arremangándose todo el día trabajando por el otro, es una interpretación más importante, más holística de la Justicia.
- ¿Cuánto tiene que ver y cómo ayuda la cuestión religiosa en esta lucha?
- La fe ayuda mucho, sin duda es un elemento sustancial en la vida que yo creo que se está retomando en estos compromisos tan particulares. Una fe transformada en obras. En algún momento se decía que la religión es el opio de los pueblos y nosotros logramos mostrar cómo la religión es transformadora de la sociedad en la que vivimos. No es el opio, sino justamente la fuerza positiva que transforma la realidad.
- ¿Cómo se trabaja en la recuperación de adictos?
- Francisco cuando era nuestro obispo nos hablaba de una sociedad de consumo donde se consumen bienes materiales y pareciera que si no tenés bienes materiales no podés ser feliz. Pero dentro de ese consumo está el consumo de las drogas como para ser parte de una aparente felicidad cuando en definitiva no es la felicidad tal cual la plantea una mirada cristiana o una mirada humanista. Creo que es muy importante el estar en el lugar. Bergoglio, si algo que apreciaba de los curas de las villas y de los barrios populares, era que vivían en el lugar en el que trabajaban. Entonces, nos permitía compartir en el día a día con el vecino. Y en ese compartir con el día a día vamos construyendo la vida de la iglesia, tanto en la dimensión religiosa, espiritual como social. Ninguna persona que haya pasado por nuestros centros ha salido peor, al contrario, o terminó la primaria o terminó la secundaria o recuperó su familia.
- ¿Cuál cree usted que será el máximo legado de Bergoglio?
- Creo que amplió mucho la mirada del cristiano. El católico tiene horizontes nuevos que explorar y bueno, nos deja ese gran aporte, como que sacó del encierro en el que se vivía dentro de un templo para mostrarnos que el mundo es realmente nuestro templo, es donde tenemos que meternos y tenemos que trabajar y sentir que estamos en pleno contacto con Dios cuando estamos en el servicio al hermano.
- ¿Cómo ve la situación social en el país?
- Me preocupa, y creo que nos está preocupando a todos, Me preocupa la gente que va perdiendo posibilidades, que queda al margen. O sea, cuando la gente queda al margen es un problema que no se puede evitar, no se puede mirar a otro lado. Es la parábola del buen samaritano. No podemos hacer como el sacerdote y el levita que siguieron de largo y cada vez son más los hermanos que están al borde del camino entonces preocupa. Es un tiempo realmente complicado el que vive la Argentina
Una concentración sin banderías políticas
El martes, la concentración está prevista a partir de las 11 en Plaza Urquiza , desde donde los participantes caminarán hacia la Plaza Alberdi. Allí, se llevará a cabo un acto en el que se leerá una “declaración comunitaria patriótica, en homenaje a los próceres y a quienes hoy siguen construyendo el país desde abajo”. Los organizadores enfatizaron que no se trata de una marcha de protesta ni partidaria. “No es una marcha contra nadie. No hay reclamos ni consignas partidarias. Es un acto de unión, de gratitud, de visibilización” , señalaron, destacando que el objetivo es que “se vea lo que no se ve: que hay instituciones que salvan vidas todos los días y necesitan apoyo”. Se prevé la presencia de una amplia gama de participantes, incluyendo comedores populares, hogares de Cristo, cocinas comunitarias, centros de recuperación, espacios de asistencia a personas en situación de adicciones, adultos mayores, personas con capacidades diferentes y familias vulnerables. Además, han sido invitadas iglesias de distintos credos, escuelas, clubes, referentes barriales y toda persona que desee caminar por una patria más solidaria.
El trabajo del Ministerio Público Fiscal
Hasta el momento el Equipo de Coordinación de Políticas Reparatorias (ECPR) del Ministerio Público Fiscal de Tucumán asistió 1.080 instituciones. Además se entregaron hasta la fecha 365 vehículos, de los cuales más de 200 fueron entregados a la Policía para actividades de prevención. Las áreas de impacto abarcan infancia y adolescencia, inclusión educativa y laboral, prevención de violencia de género, atención a personas mayores, medio ambiente, protección animal y programas para enfrentar adicciones y consumo problemático. Uno de los hitos más significativos fue el decomiso de casas usadas para delitos de narcomenudeo, transformadas en centros de atención para mujeres con adicciones.