Entre montañas y caballos: así es el verano de las hijas gemelas de Julio Iglesias en Andalucía
Las hijas gemelas de Julio Iglesias ya se encuentran en ‘Cuatro Lunas’, la espectacular propiedad de su padre en Ojén. Allí disfrutan del verano en familia, rodeadas de naturaleza, lujo y su gran pasión: la equitación.
Cristina y Victoria Iglesias, las hijas gemelas de Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger, ya están en España disfrutando del verano. Lo hacen en un lugar muy especial para la familia: Cuatro Lunas, la imponente finca que el cantante posee en el término municipal de Ojén, a escasos diez kilómetros de Puerto Banús. Rodeadas de sus hermanos y de su madre, las jóvenes han vuelto a refugiarse en este enclave privilegiado de la Costa del Sol, donde combinan relax, naturaleza y una de sus grandes pasiones: la hípica.
La finca, de más de 400 hectáreas, es una de las joyas del patrimonio del artista. Incluye una mansión principal, varias edificaciones auxiliares, piscinas, un estudio de grabación, una bodega y hasta un helipuerto. Todo ello en un entorno natural entre montañas y con vistas al mar Mediterráneo. A pesar de los rumores que hace años apuntaban a una posible venta —se llegó a hablar de una cifra de 145 millones de euros—, Cuatro Lunas sigue siendo un lugar muy especial para la familia Iglesias-Rijnsburger.
Qué publican en las redes las hijas de Julio Iglesias
En sus redes sociales, Victoria y Cristina han compartido algunas imágenes a caballo, recorriendo los senderos de la finca mientras suena de fondo Wild Horses de The Rolling Stones. La escena, casi cinematográfica, muestra la otra cara de unas jóvenes que, pese a su apellido y su proyección internacional, llevan una vida relativamente discreta. Desde hace dos años mantienen un perfil público muy bajo y apenas publican contenido en sus perfiles personales, por lo que estas instantáneas en Marbella suponen una rara ventana a su día a día.
Aunque estos días buena parte de la atención mediática se ha centrado en Galicia, donde Julio Iglesias ha adquirido un pazo en la provincia de Ourense —un guiño a sus raíces paternas—, sus hijas han preferido reencontrarse con el verano andaluz en un entorno que conocen de sobra y que, año tras año, continúa siendo su refugio favorito.