Ser joven en España, misión imposible: sueldos bajos, empleo inestable y vivienda inaccesible
Expertos advierten que el actual reparto del gasto público favorece a los mayores y relega a los jóvenes, agravando su situación laboral, salarial y de emancipación. Piden reformas fiscales, laborales y de vivienda para reequilibrar el contrato intergeneracional.
Varios jóvenes pasean por un parque de Madrid. (Emilio Naranjo/EFE) (Emilio Naranjo/EFE)
Ser joven en España nunca ha sido tan difícil como ahora. Sueldos un 45% inferiores a la media, contratos temporales o parciales y escasas posibilidades de acceder a una vivienda digna son solo algunas de las barreras que enfrenta la juventud española. Así lo alertan los expertos que han participado en el encuentro La situación económica de los jóvenes en España, organizado por el Consejo General de Economistas (CGE) y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
El diagnóstico es claro: la creciente desigualdad entre generaciones tiene raíces estructurales. Según Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, el elevado gasto en pensiones absorbe buena parte de los recursos públicos, limitando la inversión en áreas clave para los jóvenes como la educación, la vivienda o las políticas activas de empleo. "El sistema está desequilibrado. Los mayores reciben más protección, mientras se deja sin margen a las necesidades de los jóvenes", advierte.
Tres grandes brechas que frenan el futuro en España
El catedrático José Ignacio Conde-Ruiz (UCM y subdirector de Fedea) identifica tres brechas clave que separan a jóvenes y mayores en España:
Brecha de renta: desde 2008, la renta de los jóvenes ha caído un 10%, mientras que la de los mayores de 65 años ha crecido un 8%.
Brecha de vivienda: solo el 43% de los hogares jóvenes posee vivienda en propiedad, frente al 70% de hace dos décadas.
Brecha de emancipación: la edad media para abandonar el hogar familiar ya supera los 30 años.
Conde-Ruiz propone medidas como pensiones sostenibles, reglas fiscales que prioricen el gasto juvenil, políticas de acceso a vivienda y más representación política de los jóvenes, incluyendo la rebaja de la edad de voto a los 16 años.
Bajos salarios y alta carga fiscal
A estas dificultades se suma la brecha salarial: un joven de entre 20 y 24 años gana de media un 45% menos que el salario nacional, según el INE. Sin embargo, soporta un esfuerzo fiscal proporcionalmente mayor a través de cotizaciones sociales e impuestos indirectos como el IVA. Según Eurostat, los menores de 35 años destinan el 7,7% de su renta al pago de IVA, el porcentaje más alto por grupo de edad.
Raquel Jurado, técnica del Registro de Economistas Asesores Fiscales, denuncia que las ventajas fiscales para jóvenes son "escasas y dispersas" y no compensan esta carga. "Las generaciones anteriores accedieron a empleo estable, salarios más altos y desgravaciones suprimidas hoy, como la deducción por compra de vivienda", recuerda.
Temporalidad, parcialidad e inestabilidad laboral
El panorama laboral no es más alentador. La tasa de temporalidad en menores de 30 años alcanza el 60,5%, y casi la mitad trabajan a tiempo parcial de forma involuntaria, según datos de Fedea. Además, la mayoría se emplea en el sector servicios, con baja estabilidad y escasa conexión con su formación.
Mar Villares, secretaria técnica del Registro de Economistas Asesores Laborales, advierte que esta precariedad retrasa la independencia económica y limita el desarrollo profesional. "El sistema productivo español, dominado por microempresas poco innovadoras, no ofrece empleo técnico de calidad para jóvenes", lamenta.
Un contrato intergeneracional por renovar
Los expertos coinciden en la urgencia de reformar el contrato social entre generaciones. Entre sus propuestas destacan:
Reequilibrar el gasto público hacia educación, empleo, vivienda y transición ecológica.
Impulsar la Formación Profesional dual y la flexiseguridad laboral.
Bonificaciones fiscales por compra o alquiler de vivienda habitual para menores de 40 años.
Crear cuentas ahorro-joven con incentivos fiscales para vivienda, formación o emprendimiento.
Reforzar la lucha contra el fraude laboral y mejorar la calidad de los contratos.
Desarrollar un Estatuto del Becario que garantice retribución y condiciones dignas.
También abogan por un gran Pacto de Estado por el Empleo Joven y la institucionalización de la justicia intergeneracional mediante una comisión juvenil en el Pacto de Toledo.
"Sin estas reformas, el riesgo es claro: perder talento joven, como muestran los más de 649.000 emigrantes de entre 18 y 35 años que dejaron España entre 2021 y 2023", advierte Jurado.