En el corazón del barrio 24 de Septiembre, una historia se escribe con tinta de emoción. Allí, sobre la calle Florida al 2.300, entre portones numerados y vecinos con el alma grande, la fortuna decidió dejar de ser un sueño para convertirse en milagro. El equipo de LA GACETA no lo sabía todavía, pero estaba a punto de protagonizar una travesía que parecía sacada de una novela de Gabriel García Márquez , con un premio bajo el brazo y la ilusión en la mirada. El objetivo era claro, pero el camino sería mucho más que un simple trámite: había que encontrar a María Isabel Díaz, la ganadora del Renault Kwid 0km de los Números de Oro .
La misión arrancó con una dirección precisa y un nombre que flotaba en el aire como un susurro: María Isabel. En la búsqueda, una vecina, Andrea, ofrecía una pista negativa: “No, acá no vive”. Pero una segunda voz, la de Micaela, dulcemente decidida, reveló la verdad: “Sí, sí vive acá. Se llama Marisa (por su apodo)”.
El nombre secreto de la ganadora ya era conocido. Faltaba encontrarla. El timbre, eterno enemigo de los periodistas apurados, no funcionaba. La casilla de mensajes del teléfono, desbordada. El premio, intacto, esperando destino. Mientras tanto, Micaela compartía su retrato de la ganadora: una mujer que madruga, que batalla con un auto que siempre da pelea, que a veces no llega por falta de nafta, que nunca se rinde.
Y entonces, la llamada. Una voz sorprendida al otro lado de la línea:
—¿Hola?
—Marisa, ¿dónde estás?
—En Comodín, ¿por qué?
—Tenés que venir urgente a tu casa. Es importante.
La escena parecía de película. El corazón del equipo de LA GACETA latía al ritmo de la incertidumbre. El de ella, también.
Pero justo cuando el destino parecía haber acelerado, la realidad metió el freno: el auto de María Isabel no arrancaba. Justo ese día. Justo cuando debía encontrarse con la noticia que le cambiaría la vida.
“¡La vamos a buscar con la vecina!”, fue la frase de los cronistas. Y así sucedió. La estrategia fue digna de un cuento: en Comodín, Micaela, la persona que la llamó, bajaría de la combi primero, para no levantar sospechas. Detrás, los periodistas de este diario se acercarían con la frase clave: “Entraron a tu casa”. Era la excusa perfecta.
Y allí estaba ella. Con el alma en los ojos.
—¿Usted es María Isabel?
—Ay, sí, yo soy...
Segunda parte: la ganadora
Lo que siguió fue un torbellino de emociones.
—Usted se ganó el auto 0km de LA GACETA.
—¿Yo? ¿En serio? ¡No lo puedo creer! ¡Toda la vida juego, hijito, toda la vida!
Sus palabras se quebraban entre lágrimas. Sus manos temblaban. La alegría era tan inmensa que parecía que no cabía en su cuerpo menudo.
—¡Te juro que yo necesitaba esto, no sabés cuánto...
Su viejo auto, de 2010, con el bendix roto, la había dejado varada más veces de las que podía contar. No tenía cómo arreglarlo. No tenía cómo cambiarlo. Pero ella seguía jugando a los Números de Oro, cada semana, con una fe que no se agota.
Cuando le mostraron la foto del Renault Kwid blanco de los Números de Oro en la pantalla del celular, sus ojos se llenaron de brillo.
—Ay, sí, hermoso... ¿Sabés qué bien que me viene? No lo puedo creer.
Su hija, Natalia, también estalló en lágrimas. Y su madre contaba el porqué.
—Esto es una bendición. La han operado del corazón dos veces. La dejaron sin trabajo. Hubo días en que no teníamos ni para comer...
Y en medio de esa emoción, el abrazo con su vecina Micaela selló una historia de amistad verdadera.
—Ella me pasaba comida cuando yo recién llegué. Ella también cuando hacía dulces me compartía. Es una mujer buena, de las que no abundan.
María Isabel no pidió nada. Solo vivió, resistió, creyó.
—Yo siempre dije: los tiempos de Dios no son los nuestros... pero alguna vez iba a pasar. Y pasó. Gracias a Dios y gracias a LA GACETA.
Mientras los aplausos, los abrazos y los mensajes de felicitación se multiplicaban, el viejo auto —el “Jubilado”, como ella lo llama— esperaba a un costado. Su última misión estaba cumplida. Un nuevo capítulo arrancaba, con un 0km y un corazón renovado.
Porque a veces, cuando la vida parece trabada, la suerte encuentra el modo de arrancar.







