El experimento de Randy Gadner: ¿cuánto tiempo puede aguantar una persona sin dormir?

El experimento de Randy Gadner: ¿cuánto tiempo puede aguantar una persona sin dormir?

Dormir es fundamental para vivir, pero ¿qué sucede si no lo hacemos?

Randy Gadner, el joven que decidió probar los límites de su cuerpo. Randy Gadner, el joven que decidió probar los límites de su cuerpo.
22 Mayo 2024

La mayoría conocemos el discurso de los médicos donde las ocho horas son el tiempo ideal de sueño. ¿Qué sucede si ignoramos este aviso y nos dedicamos a pasar todas las horas de nuestra vida despiertos?

El sueño es fundamental para que nuestro cuerpo funcione, el suprimirlo, puede causar consecuencias sumamente negativas que empiezan desde las primeras privaciones de sueño. Nuestro sistema inmunitario comienza a debilitarse, nos volvemos más propensos a enfermarnos más, nuestra salud mental se deteriora y comenzamos a sentirnos más ansiosos o deprimidos. Y estas solo son las etapas más tempranas del no dormir.

Un peligroso experimento: ¿cuánto puede aguantar nuestro cuerpo sin dormir?

Independientemente de las consecuencias, nuestro cuerpo puede mantenerse despierto por un tiempo, aunque los límites del mismo son difíciles de probar. Debido al peligro que supondría obligar a las personas a mantenerse despiertas sin pegar un ojo para un experimento científico, no existen muchas constataciones de cuánto puede aguantar nuestro cuerpo despierto.

Sin embargo, un osado en la historia se propuso descubrir cuáles eran los límites del cuerpo humano. Se trata de Randy Gardner, un adolescente estadounidense que en su curiosidad, o quizás locura, decidió pasar la mayor cantidad de tiempo despierto para romper con el récord del momento, donde ya alguien había pasado 260 horas sin dormir.

¿Cuántos tiempo podemos pasar despierto? ¿Cuántos tiempo podemos pasar despierto?

¿Cuáles son las consecuencias de nuestro cuerpo al no dormir?

En 1965, Gardner decidió ponerse a prueba y no dormir por el tiempo suficiente para romper ese récord, y lo logró, privándose 264 horas del sueño, 11 días sin dormir. Este experimento fue acompañado por William Dement, un médico estudioso del sueño de la Universidad de Standford. Allí el especialista fue notando cuáles eran los cambios que el cuerpo del adolescente sufría con el pasar de las horas.

La paranoia es uno de los síntomas de la privación del sueño. La paranoia es uno de los síntomas de la privación del sueño.

Los primeros síntomas marcaban una dificultad motora, seguido de problemas para reconocer objetos, irascibilidad y lapsus o pérdidas de memoria. Dement siguió registrando los signos del deterioro del joven que en el cuarto día ya eran considerablemente graves: alucinaciones, delirios, complicaciones en el habla e incluso paranoia. Superar la barrera de los 10 días le llevó a  Gardner a perder la noción por momentos de lo que hacía y a tener dificultades para articular las palabras y pensar.

Así Gardner sentó que las consecuencias de la privación del sueño pueden notarse a partir de las 72 de horas de estar despiertos sin cabecear por un momento. E incluso nuestro cuerpo podría aguantar mucho más, como dejó en claro el adolescente, aunque el desafío supone efectos sumamente adversos.

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