La economía familiar siente señales de la baja inflacionaria

La economía familiar siente señales de la baja inflacionaria

El Gobierno pisa los precios regulados y sigue con atención las variaciones en los alimentos e indumentaria. Los analistas perciben una gradual recuperación del poder adquisitivo del salario.

CONSUMO MASIVO. En general, los precios suben a un ritmo menor que lo hacían desde diciembre. CONSUMO MASIVO. En general, los precios suben a un ritmo menor que lo hacían desde diciembre.

Los analistas del mercado han llegado a la conclusión de que la inflación seguirá bajando. Así, por ejemplo, el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), elaborado por el Banco Central, ha dado cuenta que las consultoras privadas estiman que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) seguirá descendiendo. En ese informe, el promedio de inflación para abril fue del 9%, mientras que para este mes se proyecta un 7,5%.

Ahora bien, ¿cuándo se sentirá el efecto de esa desaceleración en la castigada economía familiar? Las señales que ha dado la gestión del presidente Javier Milei es acompañar ese proceso con acciones que tiendan a evidenciar que eso es posible, aún cuando implique cierto gradualismo en las medidas. Por ejemplo, la postergación de los aumentos en las tarifas de los servicios. Pero, además, hay otras evidencias que sostienen el principal ancla del Gobierno, la fiscal: el atraso del tipo de cambio oficial que se ajusta con una devaluación controlada y progresiva del 2% mensual, un fenómeno conocido como “crawling peg”.

Pablo Pero, economista y docente, señala a LA GACETA que no hay que perder de vista dos canales que llevan a ver cómo evolucionan los precios. En este aspecto, indica que la inflación núcleo no se mueve como en otros meses y aún más, está por debajo del Índice general de Precios al Consumidor (IPC), en torno de un 5%. Esto contiene, entre otros, a los alimentos y a la indumentaria. El otro canal es el de los precios regulados, como el caso de las tarifas, del combustible y de las cuotas de medicina prepaga y colegios. “La percepción general es que los precios ya no se mueven a un ritmo del 15% mensual; por lo tanto, se puede decir que gradualmente arrancó la recuperación del poder adquisitivo del salario”, puntualiza Pero. En ese sentido, a partir de este mes y con los aumentos anunciados, aquella recuperación del haber y del salario sería más evidente. Sin embargo, el economista advierte que a las esperanzas y a las expectativas hay que ponerle una cuota de realismo. Por ejemplo, acota, con la sanción de la Ley Bases y del paquete fiscal que contribuiría no sólo a equilibrar la economía, sino también a estabilizar la recaudación fiscal y, por lo tanto, reducir los ajustes. “No hay salidas que sean sencillas. Si el Gobierno sigue insistiendo en bajar impuestos, esto quiere decir que el ajuste se mantendrá también el año que viene”, expresa el docente.

Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, coincide con Pablo Pero, al señalar que hay dos datos favorables para el proceso de desaceleración. “El primero y más importante es que los precios no regulados están mostrando una fuerte desaceleración. Esto como consecuencia del cambio de gobierno y los ajustes en la política monetaria y fiscal. Esta dinámica refleja que el valor de la moneda argentina empieza a estabilizarse. El segundo dato es que este proceso se está dando a la par de una caída en las expectativas de inflación; esto es, el programa del gobierno va ganando credibilidad”, indica.

En tanto, el economista Lautaro Moschet advierte que “la inflación mensual de mayo se perfila para ser mucho más baja que en los meses previos (4,5%). Aun manteniendo constante la inflación núcleo, la menor presión de los regulados impulsará la baja de este mes. A su vez, esto generará mejoras en el poder de compra de los salarios, los cuales ya comenzaron a mostrar signos positivos en algunos indicadores de febrero y marzo”.

Según Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, la variación de precios a la baja está encontrando un mix perfecto. “Por una parte -explica-, hay una contracción monetaria. A su vez, el tipo de cambio mayorista se mantiene estable generando una menor alza de los precios mayoristas respecto de los minoristas”. Este fenómeno macro viene acompañado del aspecto micro que es caída de las ventas de consumo masivo del 5% en abril. A eso, según Di Pace, se agrega una pérdida de poder adquisitivo del ingreso de los argentinos, que en los próximos meses derivaría una mayor parte de su gasto corriente al pago de servicios si se quita el freno a las tarifas.

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