Crónicas de un inglés sobre Tucumán

Crónicas de un inglés sobre Tucumán

Crónicas de un inglés sobre Tucumán

Por Abel Novillo

Para LA GACETA - TUCUMÁN

Poco tiempo después de que la ciudad de San Miguel de Tucumán hospedara al capitán inglés Edward Andrews, en 1825, cuando la gobernaba el coronel Javier López, hizo su aparición también en la región, el aventurero y explorador de igual nacionalidad que Andrews, mister Woodbin Parish, nacido el 14 de septiembre de 1796 en Londres, que poseía el título nobiliario de “sir”.

Parish habría estado en tierras tucumanas en varias oportunidades, ya que así lo deja entrever él mismo en su interesante publicación Buenos Aires y las provincias del Río de la Plata, que editará en inglés en 1839.

Hombre de naturaleza inquieta y observadora, se había asombrado ante la magnificencia de las selvas tucumanas; su verdor intenso, su humedad constante. «La enorme cantidad de presencias vegetales, constituirían el festín de cualquier botánico», decía.

Parish, en los primeros apuntes que publicara sobre nuestras riquezas agropecuarias, enumeraba las variedades que se daban con prodigabilidad en la región, entre otras el maíz, el tabaco, el arroz, el trigo, comentando que la caña de azúcar se daba silvestremente en los terrenos de El Bajo. Sin embargo, supuestamente, es por esos años de 1825/27, que en la ciudad de San Miguel de Tucumán el padre José Eusebio Colombres mantenía a su extra actividad, la industria azucarera. Esos cañaverales que Parish identifica como silvestres, habrían sido los de Colombres, seguramente en tiempos previos a que el inquieto curita comenzara la cosecha de los mismos.

Años después, por 1858, se publicaría una segunda edición aumentada de Buenos Aires y las Provincias del Plata, traducida al español por Justo Maeso, donde Parish expresa elogiosos conceptos sobre las realidades económicas, sociales y políticas de la Provincia de Tucumán, consignando inclusive datos muy interesantes de su demografía, con referencias actualizadas, según el censo, por demás precario, que ordenara efectuar el ministro Gondra, donde surgiría una población en la ciudad de 8.000 habitantes para 1844.

También hace mención Parish a los exquisitos quesos de la región de Tafí, que ya por entonces, y aún mucho antes de eso, en la magnitud del tiempo hacían las delicias de los paladares más exigentes, incluso destaca que se «exportaban» a Buenos Aires, donde poseían muy buena aceptación. Al respecto, lamentablemente, no ha sido posible conseguir bibliografía que asevere o desmienta tal afirmación del inglés que, sin duda, estaba muy entusiasmado por las bonanzas tucumanas.

Pero es muy conocido, desde épocas colombinas, que el característico sabor de los quesos de Tafí del Valle provendría de las especiales pasturas naturales de esa región, razón por la que no fuera posible en otras comarcas, y con iguales características de proceso, elaborar subproductos de la leche, con sabor similar a los obtenidos en Tafí.

Mister Woodbin Parish fue el primer cónsul británico en Buenos Aires; habría llegado a las costas argentinas en 1823, consolidando muy pronto una estrecha amistad con don Bernardino Rivadavia. Tuvo importante participación en el primer tratado diplomático con el Reino Unido de amistad, comercio y navegación.

© LA GACETA

Abel Novillo – Historiador y escritor.

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