02 Mayo 2024
Fotos de Osvaldo Ripoll/ LA GACETA
El fútbol siempre es causa de discusiones en las mesas familiares. Muchos son los casos en los padres son hinchas de clubes contrapuestos y sus hijos deben decidir por cuáles colores deben adoptar. Uno de esos casos es el de la familia de Luis Fernández, que está dividida entre la pasión por San Lorenzo y Santa Ana.
Él y su hija, Luisa, hinchas de Santa Ana; su pareja Cinthia y sus hijos, Luis y Patricio, fanáticos de San Lorenzo. Sí, una grieta que fue la causante de incontables anécdotas. Sin embargo, hay una que se impregnó dentro del seno familiar de Luis y que recuerda con cariño. “Hace unos años, hubo un clásico que se jugaba en la cancha de Santa Ana y mi señora era la encargada de llevar a mis hijos a la cancha. Mi hija estaba vestida con la camiseta de Santa Ana y mi hijo con la de San Lorenzo. Cuando llegaron a la entrada por donde pasaba la gente de San Lorenzo, la gente de seguridad le pidió que no pasara por ahí porque mi hija llevaba la camiseta del ‘santo’”, indicó.
Frente a este panorama, los encargados de seguridad le recomendaron que intentara pasar por el ingreso de los hinchas de Santa Ana. “Dio la vuelta al estadio y tampoco la dejaban pasar por la misma situación. Ahí les explicó que no podía dejarla sola a mi hija, que tenía 12 años, y que tenía que pasar con los dos sí o sí”, comentó.
En medio del desconcierto, apareció un dirigente del club que le brindó una solución que fue en contra de las recomendaciones de seguridad. “Él la dejó pasar y la hicieron que se ubique en el medio de la tribuna local. Era todo muy raro porque todos estaban de rojo y blanco y mi hijo era el único con la camiseta de San Lorenzo. Al final de todo, no pasó nada y terminó todo muy tranquilo. Eso fue fundamental para mi familia que vivió en carne propia que se puede vivir un clásico en paz y sin problemas. Fue algo que significó mucho para nosotros como familia”, dijo.
Por otro lado, reconoció que recibe burlas por parte de sus amigos hinchas de Santa Ana. “Muchas de mis amistades me cargan. Me preguntan qué pasó con mis hijos varones que son de San Lorenzo. Lo cierto es que yo no los obligué a nada y ellos se hicieron hinchas porque a su mamá y sus abuelos les gusta ese club. Lo que sí debo reconocer es que ninguna de las barras nunca les faltó el respeto ni nada”, sentenció.
Así, Fernández y su familia tienen la esperanza de ir a la cancha juntos sin distinción de colores y disfrutar entre todos el clásico de Santa Ana.
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