Tuvo un accidente que le cambió la vida y hoy nadó 12 kilómetros por una acción solidaria

Tuvo un accidente que le cambió la vida y hoy nadó 12 kilómetros por una acción solidaria

Treinta y nueve atletas recorrieron varios kilómetros en El Cadillal para ayudar a los niños con cáncer.

SOLIDARIDAD. Deportistas nadando en el dique El Cadillal. SOLIDARIDAD. Deportistas nadando en el dique El Cadillal. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO

Con el tiempo quedó comprobado que la química de nuestro cerebro, el bienestar emocional y mental mejoran drásticamente cuando realizamos acciones para ayudar a los demás. Bajo estas premisas, Fernando Muller no dudó ni un segundo y aceptó ser parte del “Proyecto S.O.I” en El Cadillal. Esta travesía solidaria de 12 kilómetros de nado en aguas abiertas tiene el objetivo de remodelar y apoyar activamente al servicio de oncología infantil.

Si bien el principal motivo de este desafío es ayudar a los niños con cáncer, la participación de Muller no pasó desapercibida, sobre todo por su historia personal que tuvo un giro de 180 grados. En 2012, Fernando sufrió un accidente que le cambió la vida por completo. Actualmente, a prácticamente 13 años de esa desafortunada situación, Muller ni siquiera se inmuta al recordar lo sucedido y plasma todas sus energías en la competencia de nado que se desarrolló en el dique Celestino Gelsi.

“Tuve una electrocución y me tuvieron que amputar la mano. Antes de ese accidente, era wing en Tucumán Rugby, pero fui aprendiendo que no siempre se pueden hacer las cosas como uno está habituado”, le explica Muller a LA GACETA antes de dar precisiones sobre cómo fue transitar la vida de una manera diferente.

“La familia fue muy importante en el proceso. En el momento fue un shock obviamente porque te cambia el cuerpo, y cuando estaba en el hospital pensaba que no iba a poder hacer nada. Uno que tuvo la experiencia de tener las dos manos, cuando las pierde, cambia todo. Tanto para la forma de ejecutar las tareas, porque uno lo hace de una forma y sobre todo, por los prejuicios que uno mismo lleva”, dijo Muller, que está en pareja y tiene dos hijas, Julia (tres meses) y Lina (10).

Encontrar la salida en situaciones adversas es una de las tareas más difíciles, y Muller lo logró, eso sí, todo a su debido tiempo.

“Antes del accidente había realizado un viaje en moto a Colombia, y cuando pasó esto, pensé que no iba a poder andar más. Cuando vi la moto después del accidente, la encendí porque me gusta escuchar el ruido del motor”, comentó Muller, que se animó a dar vuelta la página. “Apreté el embrague con el muñón y me di cuenta de que podía salir. En mi mente pensaba: ‘cómo vas a andar en moto o nadar si tienes una sola mano’. Después del shock de la amputación, empecé a ver todo como un desafío. Darme cuenta de que cada necesidad, en realidad, era una oportunidad de aprender”, advirtió. 

EN FAMILIA. Muller disfruta cada momento de la vida junto a su pareja e hijos. EN FAMILIA. Muller disfruta cada momento de la vida junto a su pareja e hijos.

Tal es así que cada avance personal, por más mínimo que parezca, era una caricia al alma para Muller. “Fui practicando con el tiempo hasta que me encontré en una plaza intentando atarme los cordones. Cuando lo logré, estaba festejando, y ahora es algo natural. Al principio me había comprado zapatillas con abrojos”, recordó con una sonrisa de punta a punta.

Uno de los aspectos que lo ayudó a salir adelante fue conocer, a través de videos, historias similares a la suya. 

“Cuando estaba recién amputado, estaba muy bajoneado y me recomendaron un cortometraje que se llama ‘El Circo de la Mariposa’. Me sirvió mucho ver otros videos de gente que tiene dificultades y sobre todo, cómo salió adelante. En ese momento, lo veía para envalentonarme”, admitió.

Si bien años anteriores Muller ya nadaba, actualmente se dedica de lleno a las aguas abiertas, disciplina que le permitió conocer a Rocío, la niña diagnosticada con cáncer a la cual representó hoy en el dique. 

“Cuando era rugbista algo había nadado, pero lo hago mucho mejor ahora. Nunca en mi vida había nadado tan seguido y ahora lo realizo en cuatro estilos diferentes”, dijo Muller. “Ahora competir por una acción solidaria como esta es muy emocionante. Todo va a beneficio de la sala oncológica del Hospital de Niños Jesús”, anticipó.

GRAN TRAVESÍA. Muller estuvo presente en El Cadillal para representar a Rocío. GRAN TRAVESÍA. Muller estuvo presente en El Cadillal para representar a Rocío.

Claro, Fernando se pone en el lugar de aquellas madres y de los propios niños que sufren día a día de las quimioterapias y otras tantas dificultades.

“Te ponen en contacto con los chicos y tenes la posibilidad de hablar con ellos. Conocí a Rocío, la paciente que representé y me impactó mucho su historia. Cuando uno escucha a la madre, se pone en ese lugar. Es muy movilizador porque tienen que estar internados y atravesar situaciones de dolor”, analizó Muller sobre la iniciativa impulsada por Facundo Palacio, deportista adaptado, y Martín Merlini, representante de la Fundación del Padre Martin Martin Martin.

Muller intentó dejar un mensaje de esperanza para todos aquellos que sufrieron algún accidente y no encuentran las respuestas necesarias.

“No cambiaría nada de mi vida. Todo lo que pasó, me puso en el lugar en el que estoy hoy. Hay que ser fuertes. Uno elige la posibilidad que tiene de salir adelante y siempre hay algo mejor después”, concluyó el atleta que nadó 12 kilómetros en El Cadillal por una causa noble. 

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios