Las indeseadas consecuencias del festival de lluvia

Las indeseadas consecuencias del festival de lluvia

Debido a las fuertes lluvias se produjeron varios accidentes en las autopistas circundantes a CABA y se suspendieron partidos.

Las indeseadas consecuencias del festival de lluvia

“No culpes a la lluvia”, canta Luis Miguel en uno de sus éxitos más resonantes. En el caso del Área Metropolitana de Buenos Aires, por estos días no cabe otra que culpar al temporal de lluvia, viento y granizo por la complicación que supuso para la vida de millones de personas, de variada forma y con distinta intensidad de daño.

Las fuertes tormentas que azotaron el AMBA entre martes y miércoles se asemejaron a un ‘deja vu’ de lo acontecido la semana pasada, con cuatro días de lluvia a pura furia. La zona sur del Gran Buenos Aires, como suele suceder, se llevó la peor parte.

Entre los tantos vocablos a los que el ciudadano o la ciudadana de a pie se ha acostumbrado en estos días, aparece uno en particular: la “supercelda”, un tipo de tormenta en permanente rotación que puede incluir en su menú de “terror” vientos de más de 100 kilómetros por hora y algún tornado, además de granizo en tamaño de naranja (como pasó en la ciudad de 9 de Julio) y mucha actividad eléctrica.

Evitar males mayores: quedate en tu casa fue la recomendación que decenas de comunicadores realizaron desde la madrugada del miércoles hasta entrada la noche. La preocupación fue creciendo a lo largo de una jornada pasada por agua, a medida que los alertas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) iban cambiando en la paleta de colores.

Para la hora de la siesta, el naranja dio paso al rojo, un tipo de alerta muy poco frecuente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que da cuenta de fenómenos climatológicos con el potencial de provocar emergencias o desastres. Y no solo el noreste de la provincia de Buenos Aires se tiñó de rojo, sino también el sur de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. Y muchas provincias más, quedaron en color naranja.

Moverse por CABA fue una proeza este miércoles y se produjeron varios accidentes en las autopistas circundantes (se viralizó en las redes una imagen impresionante de las “Cascadas de la General Paz”).

Para media tarde, unos 40 mil usuarios estaban sin luz y los vuelos cancelados llegaban a unos 100 (y mucho más los demorados), entre Ezeiza y Aeroparque. Decenas de árboles caídos y techos volados.

A esa altura ya habían caído 90 milímetros de agua, más de lo que suele llover (130) en todo marzo, y los familiares buscaban desesperadamente a un joven de 17 años llamado Bryan, desaparecido en la localidad de Loma Hermosa tras haber saltado a un zanjón para nadar junto a dos amigos. Tragedias del temporal.

Los meteorólogos pronosticaban que un frente frío, con el viento sur que viene empujando, llegaría al AMBA en cuestión de horas. Se espera un jueves de cielo límpido y de abrigos en las calles. La mala noticia: también se viene la tan temida sudestada, que naturalmente agravará las inundaciones en las zonas bajas aledañas al Río de la Plata.

El mundo del fútbol también fue alcanzado de forma inusitada por las tormentas.

Se vieron sedes sociales bajo el agua (Racing Club, por caso), torres de iluminación derrumbadas (la cancha de Arsenal) y mampostería caída (el estadio de Vélez Sarsfield). Y el partido entre San Lorenzo y Godoy Cruz, por la Copa de la Liga, fue nuevamente postergado, esta vez por 24 horas.

Entre las indeseadas consecuencias del festival de lluvia que le hizo más que honor al nombre de la Pampa Húmeda, este corresponsal no pudo llegar en tiempo y forma a Santa Fe, para cubrir a Atlético. 

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