Cartas de lectores: “Piolín de Macramé”

Cartas de lectores: “Piolín de Macramé”

06 Marzo 2024

Mi padre, que fue médico clínico, estudioso de la medicina psicosomática y un gran lector, tenía en su gran biblioteca la colección casi completa de sus libros, muchos de ellos firmados bajo el seudónimo “Piolín de Macramé”: se llamaba Florencio Escardó. Había nacido en 1904 en Mendoza, y se radicó en Buenos Aires a muy temprana edad. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires y por él sentía mucho orgullo, además que fue su celador, “por sus notas y comportamientos”. En 1929, egresó de la Facultad de Medicina de Buenos Aires. A posteriori, abrazó la especialidad que ejerció con pasión el resto de su vida: la Pediatría. En 1934 Escardó ingresó al Hospital de Niños, y después junto al Dr. Juan Pedro Garraham organizó el Departamento de Neuropediatría del Hospital de Clínicas. Activo, apasionado y polémico a la vez, solía decir así: “Experimenté un íntimo rechazo por los colegas cazadores de premios y coleccionistas de certificados de cursos y de a poco fui desembocando en la Pediatría Psicosomática”. En 1946 fue confirmado profesor adjunto de pediatría, pero después estuvo separado de su puesto y de la actividad hospitalaria por ser opositor a Juan D. Perón. Esto, lejos de disminuir o acobardarlo lo impulsó y con su natural entusiasmo se reincorporó al Hospital de Niños ejerciendo la jefatura de la sala 17. En 1976 fue cesanteado de todos sus cargos por el gobierno militar de entonces. El escritor Conrado Nalé Roxlo habría de bautizarlo con el pseudónimo “Piolín de Macramé”, y Escardó publicó en diarios como “La Razón”, “La Nación” y “Crítica” artículos y reflexiones sobre Buenos Aires y que luego transformaría en un libro al que titularía “Oh”. En el diario “El Mundo” firmó la columna “Educando a la madre del soberano” y eran artículos sobre puericultura. Otras de sus obras fueron: “Alma de médico”, “¿Qué es la pediatría?”, “La sociedad ante el niño”, “El médico y las gentes”, etc. Fue, sin dudas, el primer médico en utilizar la televisión con fines educativos: “Soy un desesperado de la educación”, diría, y en verdad fue un gran difusor de conceptos con basamentos científicos y un pionero en esta ardua y fructífera tarea. Según Escardó: “El médico constituye el máximo pretexto de nuestra disconformidad”, y ¿por qué lo decía? Porque: “Si el médico es joven es que no tiene experiencia”, pero “Si es viejo es que no debe estar actualizado”, ironizaba. “Si el médico nos atiende enseguida es porque no tiene pacientes”, pero “Si no nos hace esperar es que no tiene método” reflexionaba. O bien, “Si nos da el diagnóstico rápido es que nuestro caso es fácil”, pero también “Si tarda es porque no tiene ojo clínico” y así... otras tantas aseveraciones contradictorias porque podía ser irónico, polémico y mordaz a la hora de definir el trabajo del arte de curar, todas éstas citas rescatadas de su libro “Oh”, escrito hace más de 50 años. Falleció el 31 de agosto de 1992 a los 88 años y sus restos fueron cremados y esparcidas sus cenizas en el Jardín Botánico de Buenos Aires. Hoy se lo recuerda como un gran argentino del siglo XX que hizo sus aportes para mejorar la calidad de vida de miles de personas: una figura destacada que también supo conjugar en los medios de comunicación el ámbito popular con el académico. Florencio Escardó (“Piolín de Macramé”) hizo historia. Marcó su huella.

Juan L. Marcotullio 

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