La tucumana que combate incendios en la Patagonia pero propone “amigarnos” con el fuego

La tucumana que combate incendios en la Patagonia pero propone “amigarnos” con el fuego

INTENSIDAD. Paula vive día a día el combate contra los incendios.

Desde su tarea en la Agencia Nacional de Parques Nacionales, la bióloga promueve el acercamiento entre la ciudadanía y la naturaleza. Las dos caras del drama.

Carolina Servetto
Por Carolina Servetto 18 Febrero 2024

Su nombre es Paula Presti, es bióloga y especialista en manejo y control de fuegos. Nació en Tucumán pero vive en la Patagonia. Desde hace varias semanas, trabaja a destajo junto a un equipo de profesionales en la zona afectada por los incendios forestales. Aunque no es “brigadista”, aclara a LA GACETA, su aporte es clave para la toma de decisiones en terreno. “Me siento muy agradecida por el reconocimiento de mis colegas. Ellos les dan lugar a mis conocimientos y me permiten sumar herramientas para las decisiones de combate del fuego. Mi objetivo es cuidar la naturaleza y el patrimonio cultural, premisa de la Agencia de Parques Nacionales, donde trabajo”, cuenta Paula.

Su vínculo con la naturaleza se forjó desde muy pequeña. En Yerba Buena, donde se crió - cuando no existían tantas casas, countries ni edificios- pasaba noches juntando bichitos de luz o mirando las estrellas. “Desde niña fui muy curiosa de la naturaleza y sus ritmos. Me angustiaba escuchar sobre los problemas ambientales en el mundo. Se empezaba a hablar de la contaminación, deforestaciones y los gases de efecto invernadero. Ya se anunciaba el cambio climático como algo no tan lejano, que hoy me toca vivir”, recuerda. Por eso, cuando creció no dudó en estudiar una carrera que la conecte con aquella sensibilidad. Se recibió en el “Lillo”, como lo llaman afectuosamente los estudiantes, donde obtuvo su título como Bióloga en la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT. A partir de ese momento inició un camino de formación profesional que la llevó al sur del país.

En febrero, el video que grabó una joven nacida y criada en Villa La Angostura, recorrió el país. Entre llantos, suplicaba a los turistas que se queden en sus casas y no vayan a la Patagonia. Indignada, la chica compartió en la red social TikTok un pedido que tuvo enorme repercusión. “No vengan más de vacaciones a la Patagonia gente, no vengan más…”, decía. Los incendios no dan tregua. En las últimas horas el foco de conflicto se trasladó al Parque Nacional Los Alerces y de acuerdo a los últimos reportes, las condiciones meteorológicas no ayudan. Las altas temperaturas que se registraron en Chubut, complicaron el trabajo de los brigadistas. Mientras tanto, las llamas dieron un respiro en el lago Nahuel Huapi aunque las autoridades advierten que el fuego no está extinguido.Aquellos episodios dieron lugar a una extensa y enriquecedora conversación con Paula que reproducimos a continuación.

- Hace poco vimos a una chica, llorar en redes, y pedir a los turistas que no vayan. ¿Es esa la solución? ¿Hacia dónde debe evolucionar el vínculo entre la naturaleza y el hombre?

- Ver que parte del lugar donde te criaste, o que elegiste como hogar, porque acá en la Patagonia muchos llegamos desde otras ciudades, se transforma por un evento que no esperabas puede generar angustia y eso nunca es criticable. Con mi grupo de trabajo ponemos el foco en nuestra conexión como personas y sociedad con el entorno en el que habitamos (ya sea como residentes o como visitantes), así como también en el conocimiento que tenemos de sus procesos y eventos naturales, para poder afrontarlos con otros sentimientos que no sean el dolor y la impotencia. Cuando comprendemos y aceptamos ese entorno en el que vivimos o visitamos, pasamos de la angustia a la preparación y a la calma. Algunos de esos conocimientos son parte de la cultura local y otros son aprendidos a medida que la ciencia avanza. Por ejemplo quienes nacimos en el norte del país, aprendimos lo que significan las nubes negras en el horizonte y esos días no se nos ocurre salir sin el paraguas, ¿o no? Bueno, vivir y visitar los bosques patagónicos requiere que nos conectemos con su historia y parte de ello es saber que en la primavera y el verano estos bosques se pueden quemar. Antes se quemaban cada muchísimos años, principalmente por rayos, sin embargo las cicatrices están en todas las montañas y los bosques que caminamos hoy. Hoy nos toca ver incendios más seguido por muchas razones. El paisaje fue acumulando vegetación, las tormentas eléctricas son más recurrentes, hace más calor y el bosque pierde su humedad. Pero sobre todo porque desaprendimos sobre el uso del fuego, hay una desconexión con los ritmos de la Madre Tierra.

- ¿Hay falta de interés o responsabilidad de los turistas y vecinos en el cuidado de los recursos?

- No considero que haya falta de interés, sino que no nos percibimos como parte de la Naturaleza. Tenemos una percepción errada sobre el entorno y nuestro rol en él, por lo tanto no podemos asumir el compromiso de cuidarlo. Como sociedad solemos dar por sentado que alguien más se va a ocupar de lo que en realidad nos toca. ¿Qué mal puede hacer mi perro en la playa? o “...este papel higiénico que dejo en la montaña es insignificante”, “hace años que hago asados, este fogón no va a generar nada”. Por supuesto que hay muchísimas excepciones a esto y que las ciudades patagónicas tienen sus propios códigos de convivencia que muchos sí conocen y cumplen. Este tema de la percepción del entorno es tan importante y complejo que desde el área donde trabajo nos hemos propuesto estudiarlo, en un equipo multidisciplinario.

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- ¿Cuándo comenzaste a relacionarte con el manejo integral del fuego?

- En 2014 se abrieron concursos para ingresar a la Administración de Parques Nacionales (APN). Me presenté y después de un proceso de selección con exámenes y entrevistas, gané un cargo para incorporarme como técnica en la Dirección de Lucha contra Incendios Forestales y Emergencias (DLIFE), en el subprograma de Ecología del Fuego. En esta Dirección se trabaja con todas las áreas protegidas del país. Allí entré en el mundo del fuego y de los incendios forestales y aprendí sobre los diferentes roles del fuego en los ecosistemas y supe cómo Argentina se estaba incorporando a trabajar bajo un nuevo paradigma a nivel mundial: el del “manejo integral del fuego”.

- ¿Qué supone ese paradigma?

- No es ni más ni menos que reconocer al fuego con sus dos caras, la beneficiosa y la perjudicial. Hay ecosistemas en los cuales el fuego es parte importante de su funcionamiento y excluirlo es lo perjudicial; otros ecosistemas en cambio, en los que la frecuencia con la que suceden los incendios ha cambiado por el uso del ser humano y por el impacto del cambio climático; y también tenemos aquellos paisajes en donde se mezclan viviendas urbanas y rurales con los bosques o pastizales que pueden quemarse, que llamamos zonas de interfase (por ej. Bariloche y la Comarca Andina). En estos últimos paisajes el fuego puede ser destructivo para las personas si no están preparadas, por lo que el manejo del fuego requiere un abordaje social y nos presenta un gran desafío: aprender y reaprender a convivir con el fuego. En esa línea es en la que trabajo actualmente desde la Dirección Regional Patagonia Norte (DRPN), una dependencia de la APN desde donde brindamos asesoramiento técnico en temas de conservación del patrimonio natural y cultural a los parques nacionales de La Pampa, Neuquén, Río Negro y Chubut. Desde ambas Direcciones trabajamos en el asesoramiento para la elaboración de los ‘Planes de Manejo del Fuego’ que establece la Ley de Manejo del Fuego (26.815). Estos planes tienen en cuenta la historia de los fuegos en las diferentes áreas protegidas, su relación con la flora y la fauna que queremos conservar, con las costumbres sociales y los valores de conservación cultural, las causas que los originan, sus impactos positivos y negativos y otras variables más. Todo esto me lleva también a identificar las necesidades de investigación científica y de desarrollo tecnológico que requiere la APN para comprender mejor estos fenómenos, así que suelo trabajar con varios equipos de investigación.

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- ¿Se mira con seriedad desde la política, el abordaje de los incendios en nuestro país?

- Me preocupa que el abordaje es urgente, principalmente en las zonas de interfase, así como también lo es que aprendamos a convivir en un ambiente que tiene las condiciones para quemarse. Hablar del tema es importante porque la gente se merece no sentirse angustiada sino preparada y es importante promover ese compromiso de cuidado del entorno tanto por parte de quienes visitan los Parques Nacionales como de parte de quienes viven en cercanías. Tenemos las herramientas para impulsarlo desde la APN, por nuestra trayectoria, idoneidad y compromiso, y hay mucha gente dispuesta a acompañar el proceso. Me preocupa también sentir que podríamos volver a empezar de cero si en el debate de las problemáticas ambientales se olvidan de lo que ya establecimos como necesario y urgente a nivel nacional e internacional. Sumado a eso, en estos días estamos con muchas incertidumbres respecto a la continuidad laboral de casi el 50% de la planta de trabajadoras y trabajadores contratados de nuestro organismo, incluyendo a mis compas brigadistas que están combatiendo el fuego en el Parque Nacional Nahuel Huapi y en el Parque Nacional Los Alerces, que en un mes y medio pueden quedarse sin trabajo. Es muy injusto trabajar con ese estrés. Queremos seguir trabajando focalizados en nuestros objetivos, queremos avanzar y para ello necesitamos la tranquilidad de la continuidad laboral asegurada y una legislación ambiental en línea con nuestro trabajo. Estoy preocupada pero no pierdo las esperanzas ni la alegría de trabajar en lo que me gusta y me interpela.

- ¿Qué significa para vos poder participar de operativos como estos?

- Es un privilegio poder caminar los incendios y ver cómo lo que creemos muerto en realidad no lo está, sino que de alguna manera estaba preparado para sobrevivir o renacer. Lo vivo también como momentos de aprendizaje, con mucho compromiso y como un gran desafío. Cada evento me refuerza lo urgente de afianzar la forma de trabajo desde la mirada del manejo del fuego y de charlar más del tema con la ciudadanía. La función de la Administración de Parques Nacionales resulta clave, como impulsora de ese compromiso y acercamiento de la ciudadanía con la naturaleza, en articulación con organismos gubernamentales y no gubernamentales locales y empresas.

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