Sandra se prepara para ser campeona de la fiesta de la empanada - LA GACETA Tucumán

Sandra se prepara para ser campeona de la fiesta de la empanada

Galería 9 fotos “Hacer empanadas es un sacrifico muy grande. Son muchos detalles. Hacer la maza, hervir bien la carne, no re cocinarla, cortarla con cuchillo, picar cada cebolla, la cantidad de condimentos y armar el picadillo. Hay mucha gente, familias que no lo hacen, justamente porque no es fácil. A nosotras no llena de alegría, nos sentimos realizadas de que la gente disfrute de nuestras empanadas”. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
“Nos despertamos pensando en empanadas, nos acostamos haciendo empanadas, y vamos a morir en Famaillá haciendo empanadas”. Sandra Velázquez, con el apoyo de su hermana Valeria, Campeona Nacional de La Empanada 2017, se prepara para participar del certamen en la edición de este año. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La carne de matambre es hervida y cortada a cuchillo. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La cebolla es freída con el mismo caldo de la carne y con la proporción exacta de condimentos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los condimentos utilizados en la empanada tucumana, junto con la carne, el huevo y la cebolla, son el pimentón, el comino y el ají. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Durante el festival se exige que la maza de las empanadas sea elaborada a mano. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
“Trabajo de lunes a sábado en el restaurant de Valeria, y los domingos hago empanadas en mi casa. Vendo para mí. Tengo muchos clientes”. Sergio, su marido trabaja en la cosecha del limón, y durante los meses de siembra en Tucumán, viaja como obrero golondrina a la cogida de frutos en el sur del país. Sandra se ilusiona con un buen porvenir en su elaboración de empanadas paras no sufrir más su ausencia durante casi medio año. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Una vez listo el picadillo, se procede al relleno, al cierre de la maza con los 13 repulgues que exige el reglamento, y luego al horno de barro. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
“Nos juntamos cuando teníamos 11 años, somos de madres distintas, compartimos el mismo papá y desde ahí no nos separamos más, nunca nos pelamos”. Conocen la presión y el estrés de participar en el certamen. Lo vivieron el año pasado cuando Valeria se coronó Campeona Nacional. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
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