El tesoro de las hojas en la Fundación Miguel Lillo - LA GACETA Tucumán

El tesoro de las hojas en la Fundación Miguel Lillo

Galería 12 fotos Carlos Carabajal trabaja con una vista al jardín de Miguel Lillo.

Hay un perfume que embriaga en la biblioteca de la Fundación Miguel Lillo. El olor del papel se mezcla con aquellas sensaciones impresas en las páginas de los 300.000 ejemplares que allí se atesoran. Las hojas amarillentas tienen el aroma particular de los compuestos químicos del papel, ese perfume que sale de la lignina oxidada por el paso del tiempo y de la tinta descompuesta que parecen desprenderse de una flor de vainilla. Pero además, son esos papeles los que hacen viajar. Transitar saberes, acercarse al arte, estudiar la ciencia, conocer la naturaleza y, sobre todo, caminar entre cerros, jacarandás y lechuzas. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ

10 Nov 2017
Un lector consulta un ejemplar de 1915 del desaparecido diario El Orden.
Ilustraciones de flores de un jacarandá o tarco en el “Génera Et Species Plantarum Argentinarum II”, de 1944, editado por la Fundación. La entidad contaba con un equipo de siete ilustradoras.
María Ángela Prieto, directora del Centro de Información Geo Biológico del NOA (biblioteca) y Carlos Carabajal sostienen un ejemplar de “Vues Pittoresques de la Republique Argentine”, del Dr. A. Burmeister (1881), con una vista de la selva de laureles.
Ex libris. Es una marca de propiedad que indica el nombre del dueño o de la biblioteca propietaria.
Dos lechuzas expuestas en una mesa perteneciente al sabio Lillo.
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