21 Octubre 2007
FELICES. Máxima, con Ariana en brazos, su marido y su otra hija. ARCHIVO LA GCAETA
LA HAYA, Holanda.- La princesa Ariana, tercera hija de los príncipes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, fue bautizada ayer en la iglesia Kloosterkerk, de La Haya, durante una ceremonia a la que asistieron 850 invitados.
La pequeña de seis meses y medio fue bautizada con agua del río Jordán, siguiendo la tradición monárquica holandesa.
La octava nieta de la reina Beatriz es la cuarta en la línea de sucesión al trono, después de su padre y de sus dos hermanas, Catharina Amalia y Alexia.
Fue precisamente Amalia, primogénita de los príncipes y quien comenzará este año a asistir al colegio, la encargada de ayudar al pastor que ofició la ceremonia, Deodaat van der Boon, a verter agua del río Jordán en la pila bautismal.
Ariana llevó en el bautismo un faldón de encaje de Bruselas, adornado con rosas, margaritas y el escudo real, que vistió la reina Guillermina en 1880.
Desde entonces, todos los herederos a la corona holandesa, salvo el príncipe Guillermo Alejandro, fueron bautizados con ese faldón.
Ariana tiene cinco padrinos, entre ellos la hermana de la princesa Máxima, Inés Zorreguieta, y Guillermo de Luxemburgo, hijo del gran duque Enrique y amigo de Guillermo Alejandro.
En los días previos al bautismo, la prensa holandesa había especulado con la posibilidad de que la princesa española Letizia fuera una de las madrinas de la pequeña, pero finalmente esa posibilidad resultó ser sólo un rumor.
El papel de la hermana de Máxima como madrina se vio reforzado gracias a Valeria DelGer, quien también actuó como tal y es gran amiga de la Princesa de Orange.
No faltaron a la ceremonia bautismal de su nieta los padres de Máxima, los argentinos Jorge y Carmen Zorreguieta. (Télam-Especial)
La pequeña de seis meses y medio fue bautizada con agua del río Jordán, siguiendo la tradición monárquica holandesa.
La octava nieta de la reina Beatriz es la cuarta en la línea de sucesión al trono, después de su padre y de sus dos hermanas, Catharina Amalia y Alexia.
Fue precisamente Amalia, primogénita de los príncipes y quien comenzará este año a asistir al colegio, la encargada de ayudar al pastor que ofició la ceremonia, Deodaat van der Boon, a verter agua del río Jordán en la pila bautismal.
Ariana llevó en el bautismo un faldón de encaje de Bruselas, adornado con rosas, margaritas y el escudo real, que vistió la reina Guillermina en 1880.
Desde entonces, todos los herederos a la corona holandesa, salvo el príncipe Guillermo Alejandro, fueron bautizados con ese faldón.
Ariana tiene cinco padrinos, entre ellos la hermana de la princesa Máxima, Inés Zorreguieta, y Guillermo de Luxemburgo, hijo del gran duque Enrique y amigo de Guillermo Alejandro.
En los días previos al bautismo, la prensa holandesa había especulado con la posibilidad de que la princesa española Letizia fuera una de las madrinas de la pequeña, pero finalmente esa posibilidad resultó ser sólo un rumor.
El papel de la hermana de Máxima como madrina se vio reforzado gracias a Valeria DelGer, quien también actuó como tal y es gran amiga de la Princesa de Orange.
No faltaron a la ceremonia bautismal de su nieta los padres de Máxima, los argentinos Jorge y Carmen Zorreguieta. (Télam-Especial)