La sal del deporte
29 Julio 2007
- Héctor Viesca, intendente de San Lorenzo, parece llevarse mal con la tecnología. Al parecer, al directivo le molesta no terminar de comprender cómo se manejan los contestadores de los celulares. O no... Resulta que delegó la responsabilidad de grabar el mensaje del contestador de su celular a una voz femenina. Tal vez porque pensaba que era más dulce para el que llamaba encontrarse con una voz de mujer. O porque eso le daba más importancia a su investidura de hombre y de dirigente. Resulta que la voz, dice: “disculpe Viesca, no está disponible”, relata el informante Granate. Sin embargo parece que la pronunciación de su apellido pareció disgustar al directivo. Antes de que pueda escucharse el “no está disponible”, puede oírse claramente al dirigente gritar: “¡Viesca! ¡Bol...!” Qué mal. ¡Qué vocabulaire! Y se nota que no debe ser una secretaria ni la voz oficial de alguna de las telefónicas. ¡Qué ensañamiento! ¿Así trata Viesca a su señora esposa, a sus hijas o a la empleada doméstica? ¡Qué bárbaro! Ah, y no atiende a nadie.

- Esto fue una vergüenza. Porque ocurrió de madrugada y entre deportistas que se hallaban representando a sus respectivas naciones. Más bochornoso todavía, estaban embriagados. Sucedió en los Panamericanos. Un grupo de chilenos y cubanos se tomó a golpes de puño en una gasolinera y debieron ser controlados por la Policía. El incidente se produjo frente a la villa de deportistas de Río. La trifulca exigió la rápida intervención de la Policía . “Los atletas  comenzaron a provocarse y llegaron a las manos. La mayoría estaba visiblemente alcoholizada”, contó un voluntario de los Juegos. La bebida en la gasolinera frente a la villa llegó a provocar preocupación al alcalde de Río, César Maia. El hombre tomó medidas rápidamente e impidió la venta de alcohol allí, cosa que los deportistas al menos tuviesen que caminar unas cuadras para procurarse las bebidas espirituosas. Y eso de caminar unas cuadras desalentaría a más de cuatro, porque quién sabe con qué podrían encontrarse de noche, en una ciudad con fama de guardar ciertos peligros. Se cuenta, además, que la selección uruguaya de balonmano se despidió de los Juegos tras su cuarto puesto consumiendo decenas de latas de cerveza. La gasolinera se convirtió en el refugio de deportistas que buscaron consumir líquidos con alcohol y “flirtear” con las “garotas”... y los “garotos” locales en los Juegos. En fin... (NA)

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