06 Junio 2008
DRAMA. En todo el mundo, hay 854 millones de personas hambrientas. REUTERS
ROMA, Italia.- La cumbre convocada en Roma por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) terminó en fracaso: la comunidad internacional y los organismos multilaterales que participaron de ella se mostraron incapaces de ofrecer soluciones estructurales al drama del hambre, que afecta a 854 millones de personas en el mundo.
El diario español "El País" definió al documento final de la reunión como "una raquítica declaración de intenciones" que esquiva los problemas de fondo, y al que muchos de los dirigentes calificaron de decepcionante.
Luego de tres días de complejas negociaciones, los 193 países integrantes de la FAO acordaron reducir a la mitad, para el 2015, el número de personas desnutridas en el mundo, una declaración demasiado tímida ante la ola de hambrunas que azota al planeta.
El documento, de cuatro páginas, contó con la férrea objeción de Cuba, Argentina y Venezuela. "Los delegados ante la FAO nos han defraudado, han borrado con el codo lo que sus mismos mandatarios habían prometido", declaró el representante argentino, Luis Niscovolos.
Esos países consideran que el texto carece de un juicio objetivo de las causas del hambre. "Cuando uno comienza con un diagnóstico equivocado no se puede encontrar ningún remedio adecuado. Ese es el problema con esta declaración", opinó Niscovolos.
Los pesos pesados de América Latina, Brasil y México, se quedaron al margen del debate, lo que se interpretó como un gesto de solidaridad con sus aliados regionales.
Oposición latinoamericana
El documento condena el uso de alimentos como arma de presión, lo que fue interpretado como una denuncia al embargo aplicado por Estados Unidos a Cuba. Pese a esa mención, los latinoamericanos criticaron el texto por considerarlo "el resultado de la falta de voluntad política para promover una salida a la crisis alimentaria".
La declaración también invita a la comunidad internacional a reducir las medidas restrictivas que incrementan la volatilidad de los precios internacionales, lo que generó la fractura con Argentina, que en este momento está restringiendo sus exportaciones.
"La falta de referencia a la responsabilidad que han tenido los subsidios agrícolas de los países ricos y las distorsiones al mercado de los países desarrollados impide que Argentina acompañe este texto", anunció el representante nacional.
En el documento, además, los países invitan a hacer estudios profundos sobre los biocombustibles, acusados de la subida de los precios de los alimentos, algo que rechaza tajantemente el presidente de Brasil, Luiz Inacio "Lula" da Silva.
Revueltas por hambre
Convocada por la FAO, junto con las demás agencias de Naciones Unidas, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la cumbre, a cuya inauguración asistieron 40 jefes de Estado y de Gobierno, tenía como fin analizar las consecuencias del alza del precio de los alimentos.
Además de las 850 millones personas que padecen desnutrición, la crisis ha arrastrado a otros 100 millones en Africa, Asia y el Caribe, lo que ha generado revueltas por el hambre y hasta la caída del gobierno en Haití.
La espectacular subida de los precios de los alimentos de hasta el 53% en los primeros meses de 2008, con respecto al mismo período de 2007, ha afectado a numerosos países pobres. (AFP-NA-Especial-Reuters)
El diario español "El País" definió al documento final de la reunión como "una raquítica declaración de intenciones" que esquiva los problemas de fondo, y al que muchos de los dirigentes calificaron de decepcionante.
Luego de tres días de complejas negociaciones, los 193 países integrantes de la FAO acordaron reducir a la mitad, para el 2015, el número de personas desnutridas en el mundo, una declaración demasiado tímida ante la ola de hambrunas que azota al planeta.
El documento, de cuatro páginas, contó con la férrea objeción de Cuba, Argentina y Venezuela. "Los delegados ante la FAO nos han defraudado, han borrado con el codo lo que sus mismos mandatarios habían prometido", declaró el representante argentino, Luis Niscovolos.
Esos países consideran que el texto carece de un juicio objetivo de las causas del hambre. "Cuando uno comienza con un diagnóstico equivocado no se puede encontrar ningún remedio adecuado. Ese es el problema con esta declaración", opinó Niscovolos.
Los pesos pesados de América Latina, Brasil y México, se quedaron al margen del debate, lo que se interpretó como un gesto de solidaridad con sus aliados regionales.
Oposición latinoamericana
El documento condena el uso de alimentos como arma de presión, lo que fue interpretado como una denuncia al embargo aplicado por Estados Unidos a Cuba. Pese a esa mención, los latinoamericanos criticaron el texto por considerarlo "el resultado de la falta de voluntad política para promover una salida a la crisis alimentaria".
La declaración también invita a la comunidad internacional a reducir las medidas restrictivas que incrementan la volatilidad de los precios internacionales, lo que generó la fractura con Argentina, que en este momento está restringiendo sus exportaciones.
"La falta de referencia a la responsabilidad que han tenido los subsidios agrícolas de los países ricos y las distorsiones al mercado de los países desarrollados impide que Argentina acompañe este texto", anunció el representante nacional.
En el documento, además, los países invitan a hacer estudios profundos sobre los biocombustibles, acusados de la subida de los precios de los alimentos, algo que rechaza tajantemente el presidente de Brasil, Luiz Inacio "Lula" da Silva.
Revueltas por hambre
Convocada por la FAO, junto con las demás agencias de Naciones Unidas, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la cumbre, a cuya inauguración asistieron 40 jefes de Estado y de Gobierno, tenía como fin analizar las consecuencias del alza del precio de los alimentos.
Además de las 850 millones personas que padecen desnutrición, la crisis ha arrastrado a otros 100 millones en Africa, Asia y el Caribe, lo que ha generado revueltas por el hambre y hasta la caída del gobierno en Haití.
La espectacular subida de los precios de los alimentos de hasta el 53% en los primeros meses de 2008, con respecto al mismo período de 2007, ha afectado a numerosos países pobres. (AFP-NA-Especial-Reuters)
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