10 Diciembre 2019
El boom de la vida saludable arrancó hace unos cinco años. Me gusta que las personas estén tomando conciencia y que elijan formas de alimentarse más amigables con el planeta y más ecológicas. El problema es que internet permite acceder a información fácilmente. Esta información es abundante, contradictoria, y a veces hasta nociva. Hoy en día cualquier persona prescribe dietas, hay aplicaciones para contar calorías. Esto puede causar obsesión, ideas equivocadas, prejuicios, etcétera. El consejo: no hay que obsesionarse con una dieta o tipos de alimentos. No hay un alimento mejor y otros peores. La salud requiere un compromiso activo con el cuerpo y lo interno. Es un proceso que lleva su tiempo de maduración, por esto, es importante contactar con profesionales que tengan estudios universitarios y experiencia. Los cambios verdaderos son procesos que se apoyan en uno mismo y en un otro. Este otro, con su mirada externa y experiencia sirve como una especie de apoyo, muleta, ortopedia, para que la persona se apoye. Esto facilita, acelera y refuerza los procesos que son particulares y singulares. Cada uno con su tiempo, cada persona tiene su forma. Este proceso debe incluir el cuidado del cuerpo, su fortalecimiento y respeto. Conectar con el cuerpo y sus emociones es algo que se aprende en compañía de un profesional.
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