26 Junio 2019
1) El libro de los abrazos
Eduardo Galeano
Ediciones Siglo Veintiuno (260 páginas)
Lo elijo porque...
... Galeano se caracteriza por describir los universos de cada uno de sus personajes en micro relatos. Es un libro al que vuelvo constantemente por el gran imaginario que propone el autor. Como cualquier otro de la biblioteca Galeano, es imprescindible para viajar en colectivo: tiene una lectura ágil que te puede transportar desde la selva amazónica hasta las costas de Barcelona.
Fragmento de “El libro de los abrazos”
“Silba el viento dentro de mí. Estoy desnudo. Dueño de nada, dueño de nadie, ni siquiera dueño de mis certezas, soy mi cara en el viento, a contraviento, y soy el viento que me golpea la cara. Ella estaba sentada en una silla alta, ante un plato de sopa que le llegaba a la altura de los ojos. Tenía la nariz fruncida y los dientes apretados”.
2) El lobo estepario
Herman Hesse
Ediciones Lumen (368 páginas)
Lo elijo porque...
... la historia circula en forma de tratados presentados desde la piel del personaje principal, Harry Heller. El mismo se describe como un hombre que en parte se encuentra constituido por un lobo de la estepa, dando a entender que en esa unidad se da una relación binómica con características muy particulares a cada una de sus personalidades.
Fragmento de “el lobo estepario”
“En el transcurso de la tarde se iba entonando y animando, y únicamente hacia la noche se mostraba, en sus buenos días, fecundo, activo y a veces fogoso y alegre. Nunca ha tenido hombre alguno una necesidad más profunda y apasionada de independencia que él. No puedo comprender qué clase de placer y de alegría buscan los hombres en los hoteles llenos”.
3) Ficciones
Jorge Luis Borges
Ediciones DeBolsillo (221 páginas)
Lo elijo porque...
... esta obra fue publicada en 1944 y está compuesta de dos partes. Para mí, se trata de un libro, por lejos, que “abre cabezas”: no solo tiene contenido filosófico, sino que sus relatos constituyen también un pasaje directo a los diferentes conflictos propios del autor, con sus ideas y con la realidad, por un lado; y con una realidad deseada e infinita, por el otro.
Fragmento de “Ficciones”
“No ser un hombre, ser la proyección del sueño de otro hombre ¡qué humillación incomparable, qué vértigo! A todo padre le interesan los hijos que ha procreado (que ha permitido) en una mera confusión o felicidad; es natural que el mago temiera por el porvenir de aquel hijo, pensado entraña por entraña y rasgo por rasgo, en mil y una noches secretas”.
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