Por LA GACETA
31 Marzo 2017
En los últimos tiempos, se ha escuchado desde distintos púlpitos gubernamentales que se redoblarán los esfuerzos para combatir la hasta ahora marcha imbatible de la droga. Pero la realidad se ocupa siempre de refutar las promesas que no trascienden el anuncio o que no terminan de concretarse. La concreción del Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) es un ejemplo de ello. Se trata de una obra de gran importancia en La Costanera, una barriada castigada desde hace años por la venta y el consumo de sustancias ilegales que enferma y lleva al suicidio a muchos chicos.
A comienzos de marzo -como lo hicieron antes en enero y el año pasado-, las Madres del Pañuelo Negro y aquellas que pertenecen a La Hermandad de los Barrios, que reúne siete villas, reiteraron su reclamo por el abandono de Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) de La Costanera. Su construcción se encuentra paralizada desde hace un año y la estructura ha sido vandalizada.
“El titular de la Sedronar había prometido que para esta época estaría terminado. El secretario de Gobierno, Pablo Yedlin había dicho que si la Nación no enviaba los fondos la Provincia se haría cargo. Seguimos sin novedades de ningún funcionario. Necesitamos este centro y equipos profesionales capacitados para dar asistencia. En vez de eso, achican al equipo de profesionales. Ahora tenemos sólo un psicólogo para dar asistencia en el barrio”, dijo un miembro de La Hermandad. “Parece una burla”, agregó. “Ojalá algún día le cumplan las promesas a los pobres”, acotó una madre.
La obra se inició con fondos nacionales en julio de 2015, con la supervisión de la Dirección de Arquitectura y Urbanismo (DAU). Los trabajos se interrumpieron porque la Nación le debía a la constructora los certificados de obra impagos desde 2015. La deuda ya fue abonada por el actual Gobierno nacional, pero la empresa exige que le paguen intereses y fondos extra por la puesta a punto de la estructura en pie, que fue saqueada durante el tiempo que estuvo detenida. Se necesitarían alrededor de $8 millones para su conclusión, según dijo hace unos meses el secretario general de la Gobernación.
La construcción comenzó a ser saqueada en octubre pasado. En la última visita de nuestro diario al lugar, la estructura estaba debilitada; los perfiles de acero de la construcción habían sido arrancados, al igual que las chapas del cerco y el cartel de obra.
Existe una propuesta de una legisladora nacional de volver a licitar la obra, pero un colega considera que esta alternativa incrementará aún más la demora.
El 30 de agosto pasado, el presidente Macri lanzó el plan “Argentina sin narcotráfico”, al cual se adhirieron gobernadores provinciales. “Todo lo que esté a nuestro alcance lo vamos a hacer”, dijo en la oportunidad el mandatario tucumano. A juzgar por la burocracia, da la impresión de que no hay un verdadero interés por concluir este centro que sería de suma importancia para la recuperación de adictos. Desde 2009, las Madres del Pañuelo Negro vienen pidiéndole ayuda para sus hijos al Gobierno provincial. La droga es un flagelo incontenible que está destruyendo a una buena parte de nuestros niños y jóvenes, no se entiende entonces por qué nuestros representantes no se comprometen a fondo y concretan en acciones sus palabras. ¿Acaso la insensibilidad o los intereses creados son tan poderosos?
A comienzos de marzo -como lo hicieron antes en enero y el año pasado-, las Madres del Pañuelo Negro y aquellas que pertenecen a La Hermandad de los Barrios, que reúne siete villas, reiteraron su reclamo por el abandono de Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) de La Costanera. Su construcción se encuentra paralizada desde hace un año y la estructura ha sido vandalizada.
“El titular de la Sedronar había prometido que para esta época estaría terminado. El secretario de Gobierno, Pablo Yedlin había dicho que si la Nación no enviaba los fondos la Provincia se haría cargo. Seguimos sin novedades de ningún funcionario. Necesitamos este centro y equipos profesionales capacitados para dar asistencia. En vez de eso, achican al equipo de profesionales. Ahora tenemos sólo un psicólogo para dar asistencia en el barrio”, dijo un miembro de La Hermandad. “Parece una burla”, agregó. “Ojalá algún día le cumplan las promesas a los pobres”, acotó una madre.
La obra se inició con fondos nacionales en julio de 2015, con la supervisión de la Dirección de Arquitectura y Urbanismo (DAU). Los trabajos se interrumpieron porque la Nación le debía a la constructora los certificados de obra impagos desde 2015. La deuda ya fue abonada por el actual Gobierno nacional, pero la empresa exige que le paguen intereses y fondos extra por la puesta a punto de la estructura en pie, que fue saqueada durante el tiempo que estuvo detenida. Se necesitarían alrededor de $8 millones para su conclusión, según dijo hace unos meses el secretario general de la Gobernación.
La construcción comenzó a ser saqueada en octubre pasado. En la última visita de nuestro diario al lugar, la estructura estaba debilitada; los perfiles de acero de la construcción habían sido arrancados, al igual que las chapas del cerco y el cartel de obra.
Existe una propuesta de una legisladora nacional de volver a licitar la obra, pero un colega considera que esta alternativa incrementará aún más la demora.
El 30 de agosto pasado, el presidente Macri lanzó el plan “Argentina sin narcotráfico”, al cual se adhirieron gobernadores provinciales. “Todo lo que esté a nuestro alcance lo vamos a hacer”, dijo en la oportunidad el mandatario tucumano. A juzgar por la burocracia, da la impresión de que no hay un verdadero interés por concluir este centro que sería de suma importancia para la recuperación de adictos. Desde 2009, las Madres del Pañuelo Negro vienen pidiéndole ayuda para sus hijos al Gobierno provincial. La droga es un flagelo incontenible que está destruyendo a una buena parte de nuestros niños y jóvenes, no se entiende entonces por qué nuestros representantes no se comprometen a fondo y concretan en acciones sus palabras. ¿Acaso la insensibilidad o los intereses creados son tan poderosos?
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