Los socios del pub cargan contra la Municipalidad de Tafí

Se imaginaba un lugar para mayores de 25 años, donde ir a tomar un buen trago. Pensaba en parejas, sentadas en los livings en las terrazas de la casona, escuchando buena música y disfrutando de la cena bajo el cielo tafinisto y una vista privilegiada. Esa era la imagen que tenía de White House el conocido DJ Edgardo “Perro” Santillán, uno de los socios del polémico -y hasta el momento trunco- reducto nocturno en La Quebradita. Pero esa foto mental que podría haber quedado como postal de la temporada 2017 se diluye con la misma velocidad que avanza el calendario.

“Perro” (así lo conocen todos los que bailaron con él en casamientos, boliches, bares y fiestas de toda índole) es uno de los tres socios del pub que hasta el momento no abrirá sus puertas. “Me cortaron las piernas. Queríamos poner un buen lugar para Tafí, donde vengo a trabajar desde hace 15 años, y nos cortaron las piernas”, lamentó.

El disck jockey, al igual que los otros dos inversores (el comerciante Pablo Azaña y el dueño de la propiedad, Leonardo Abaca), cargó principalmente contra la Municipalidad de Tafí. “Venimos desde octubre con esto y siempre nos dijeron que avanzáramos. Si nos decían de entrada que en esa zona no se puede, no teníamos drama de ir a otro lado. Hicimos muchísimos arreglos en la propiedad, a pedido de la propia Municipalidad. Pero esperaron al 6 de enero para decirnos que no”, detalló. Él reconoce que hay una ley que avala los reclamos de los vecinos, pero que le reclama a la Municipalidad que no lo haya advertido a tiempo. “Si hay una ley que impide el pub ahí, habrá otra ley para que la Municipalidad nos pague por las pérdidas que nos causó. Lo más penoso fue tener que tirar comida el viernes a la noche, porque ya teníamos todo comprado”.

Las normativas

Las normas que impiden emprendimientos comerciales en el loteo La Quebradita son dos: la ley provincial Nº 1.829 (expropiación de terrenos en La Quebradita para la formación de Villas Veraniegas) y su decreto reglamentario, el 0/3-MH, del año 1950 (ver aparte); y la normativa municipal, que establece la categoría R1 a La Quebradita y restringe el uso de sus terrenos a “vivienda vacacional unifamiliar”. Además, los vecinos sostienen que las intenciones eran poner un boliche. “Vimos los equipos de sonido que bajaban y la prueba se sonido que hicieron y eso no iba a ser un restaurante o un pub con música tranquila. Iba a ser un boliche. Al margen, la ley es clara y no permite emprendimientos comerciales en la zona”, sostuvo Indiana Mendilaharzu, una de las veraneantes que se puso al frente del reclamo vecinal. “Frente a la propiedad está la casa más antigua de la zona, tiene 60 años. Este es un lugar de características especiales, con muchas restricciones en el uso de los terrenos, la construcción y los espacios verdes. Es el lugar que elegimos para descansar y queremos que se mantenga así”, aseveró.

Hostería La Escondida

“Cuando compré la propiedad, hace cuatro años, lo hice con la intención de instalar una hostería porque durante años funcionó como tal y tenía habilitación. Yo compré el casco de una hotería, no una vivienda. De hecho, pagué durante un buen tiempo impuestos como si fuese un hospedaje. ¿Y ahora nos dicen que no puede haber ningún emprendimiento comercial? Vamos a exigir que nos traten como a cualquier ciudadano. Hay muchísimos emprendimientos en zonas residenciales de Tafí, pero resulta que a nosotros no nos autorizan”, dijo.

Efectivamente, la propiedad funcionó como la hostería La Escondida entre 2001 y 2006 aproximadamente, según confirmó a este diario Salustiano Paz, quien la explotó durante ese tiempo. “Funcionaba muy bien y yo estaba muy pendiente de no ocasionar molestias a los vecinos, porque entiendo que es una zona netamente residencial. Nunca tuve problemas, ni con los vecinos ni con la Municipalidad para contar con las habilitaciones”, contó.

El sábado, antes del desfile de inauguración de la temporada, el intendente de Tafí, Jorge Yapura Astorga conversó con LA GACETA y aseguró que si por él fuera, habilitaría el emprendimiento, porque Tafí necesita un pub para mayores de 25. Pero fue intransigente, aún con la nueva propuesta de los inversores de instalar un restaurante. “Es imposible, hay una ley provincial que lo prohibe. Si detuve la construcción de un hotel porque violaba las normas, cómo no voy a frenar la instalación de un pub”, comparó.