Gallegos y vascos votan a pesar de la crisis de gobernabilidad

Gallegos y vascos votan a pesar de la crisis de gobernabilidad

El Partido Popular y de Partido Nacionalista Vasco tienen todas las chances de triunfo. En Galicia, feudo de los conservadores, se espera el triunfo de un aliado de Rajoy. En el País Vasco ganarían los nacionalistas.

Gallegos y vascos votan a pesar de la crisis de gobernabilidad
25 Septiembre 2016
MADRID.- En medio de la inédita crisis política que atraviesa España, incapaz de formar un nuevo gobierno desde hace nueve meses, Galicia y el País Vasco celebran mañana unas elecciones regionales que tendrán una deriva nacional, pero cuyos resultados siguen marcados por dinámicas propias de cada uno de estos territorios.

El conservador Alberto Núñez Feijóo se dirige a validar su tercera mayoría absoluta en Galicia, último feudo del Partido Popular (PP) del presidente del gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, mientras el nacionalista moderado Íñigo Urkullu tiene garantizada la reelección en el País Vasco.

Las encuestas anuncian resultados que darán oxígeno a Rajoy en detrimento de Pedro Sánchez, cuyo Partido Socialista (PSOE) sería superado por Podemos en el País Vasco y por la coalición En Marea, -en la que está integrada la formación de Pablo Iglesias- en Galicia.

La magnitud del triunfo de Urkullu determinará si necesitará apoyos para gobernar, y si le alcanzará sólo con los socialistas, que han sido los socios preferentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en los últimos años, o tendrá que buscar respaldo en el PP, lo que abre una vía para un intercambio en el Parlamento que podría hacer presidente a Rajoy.

En el País Vasco la ventaja de los nacionalistas sobre sus rivales no deja margen para las sorpresas, pero si Núñez Feijóo fracasa -contra todo pronóstico-, en su objetivo de alcanzar la mayoría absoluta (38 de los 75 diputados), se producirá un vuelco, puesto que las fuerzas de izquierda (En Marea, socialistas y nacionalistas gallegos) pueden intentar formar un gobierno alternativo, como se propone Sánchez a nivel nacional. De ahí que las negociaciones de los partidos nacionales para evitar la convocatoria de los terceros comicios generales en un año hayan quedado en suspenso hasta el lunes.

La crisis de gobernabilidad a nivel nacional marcó las campañas regionales pero, lejos de resultar un factor de movilización, amenaza con producir el efecto contrario.

Fue también el argumento utilizado por los favoritos Feijóo y Urkullu para presentarse ambos como el “valor seguro” frente a la actual inestabilidad asociada a la irrupción de Podemos y Ciudadanos, que entraron en el Parlamento español tras las elecciones del pasado 20 de diciembre y compiten por primera vez en las regionales de Galicia y Euskadi.

Votar al PP en Galicia es la garantía de que habrá gobierno al día siguiente de los comicios mientras lo contrario llevará al caos, fue el mensaje de Feijóo. También Urkullu pidió el voto para que “Euskadi no se sumerja en el desgobierno de España”.

Otros elementos explican la resistencia del PP y del PNV en la era post bipartidista. En Galicia, tierra natal de Rajoy, el PP gobernó prácticamente durante todo el período democrático salvo dos ocasiones en las que el gobierno recayó en manos socialistas. La hegemonía conservadora, que Núñez Feijóo heredó, es obra del ex ministro franquista Manuel Fraga Iribarne, quien estuvo al frente del gobierno gallego entre 1990 y 2005.

“El PP explotó un galleguismo clientelar para el desarrollo de las zonas rurales, por lo que el campo es muy conservador”, explica Braulio Gómez Fortes, catedrático en Ciencia Política y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

Pero, en el caso de el País Vasco, el PNV “marcó la agenda aprovechando la mala imagen de los políticos españoles y logró situar en segundo plano el deterioro de la calidad de vida, la precariedad laboral y el aumento de la desigualdad”, explica Gómez Fortes, investigador en la Universidad de Deusto, en Bilbao. (Télam)

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