“Nos despertó una gran explosión; el choque sonó como una bomba”

Doce horas después de que una camioneta ingresara a toda velocidad a su propiedad -de Mendoza al 3.300-, la familia que vive allí ya se lo tomaba con gracia al asunto. Según dijeron, era la única manera de poder hacer frente al mal -e insólito- trago. LA GACETA los visitó cuando estaban conversando entre las verjas dobladas de su casa, el polvo que dejaron los ladrillos que levantaban una pared que terminó con un inmenso hueco y las cintas que colocaron los policías para cercar el lugar.

El dueño de casa prefirió que se resguardara su identidad pero no tuvo problemas de contar, junto con su esposa, cómo fue levantarse a las tres de la madrugada de ayer, entre gritos y el sonido de la alarma, para ver que un vehículo había estacionado arriba de su auto.

“Una bomba”

“Nos despertamos por un estruendo tremendo. Fue como una gran explosión. Sonó como si fuera una bomba. Inmediatamente comenzó a sonar también la alarma de la casa. La verdad es que yo soy de buen dormir, tengo un sueño pesado, pero esto me despertó al instante”, comentó el dueño de la propiedad.

A la posta la tomó su esposa, en este punto del relato: “prendimos las luces del frente y vimos que había muchísima gente adentro del patio delantero, que habían entrado hasta la puerta y que nos tocaban el timbre. Primero no entendíamos cómo habían entrado hasta ahí, hasta que vimos cómo quedó la verja. Eran los vecinos de la cuadra, que nos venían a avisar del accidente y a ver si estaba todo bien. No podíamos creer lo que estábamos viendo cuando nos dimos cuenta de dónde estaba esa camioneta”.

Curiosos

Algunas horas después del accidente, a la camioneta -una Toyota Hilux- la ataron a un vehículo similar que aceleró hasta que la pudo sacar de allí. Luego también remolcaron el vehículo de los dueños de casa, aplastado. Al parecer, no fueron pocos los que se acercaron hasta allí para ver esta escena poco frecuente. En la versión on line de LA GACETA pueden verse, además de varias fotos, algunos momentos de este “tironeo”.

“Te juro que había cerca de 150 personas viendo cómo sacaban los vehículos. Si me hubiese avisado, cobraba entrada y me hacía una buena cantidad de plata. Entre ayer y hoy, en esta casa hubo más gente que cuando se inauguró el Monumento al Bicentenario”, contó el propietario, haciendo gala de su humor para sobrellevar el momento.

“Era increíble la cantidad de gente que había parada en la calle a la madrugada viendo cómo había quedado esa camioneta. Además de todos los vecinos, que estaban a pie, se paraban los automóviles y hasta los colectivos en doble fila para sacar fotos”, señaló la mujer.

El misterio

Parte de ese humor con el que se tomaron la situación tiene que ver con que, a media mañana, apareció el dueño de la camioneta en la casa. Según cuentan, se presentó “muy respetuosamente”, los ayudó a verificar los daños que había causado el vehículo en la casa y les dijo que tenía un seguro que cubre los daños contra terceros. Hoy todos se presentarán a realizar la denuncia sobre el accidente. Sin embargo, hay algo que sigue siendo un misterio para toda la familia.

“No sabemos quién venía en la camioneta. Cuando salimos a ver qué había pasado, adentro del vehículo ya no había nadie. Y eran tantas las personas que teníamos en nuestra casa que no supimos distinguir quién era el conductor. Calculamos que no se golpeó demasiado porque bajó por sus propios medios. Además la Policía llamó a una ambulancia, pero cuando llegó, no se llevó a nadie al hospital. La gente nos contó mil versiones: ‘que era un jovencito, que era un hombre, que venía sólo, que venía con dos chicas’. Nos marearon. Aún no tenemos idea de quién era y de cuántos venían”, contó la propietaria.

El consultorio

Quizás el problema más grande que le tocó a la familia en esta situación, ya que sólo hubo daños materiales, fue que quedó destrozado el consultorio ubicado al lado del garaje. Allí atiende el hijo de la pareja dueña de la vivienda. Esa es su fuente de ingresos y aún no saben cómo van a solucionar pronto ese problema.

Por otro lado, ya más serios, explicaron que los policías que llegaron hasta el lugar trabajaron de una forma “muy profesional” y que creen que la camioneta dobló en la esquina, se fue sobre la vereda, chocó contra la verja y por eso entró de costado al garaje. Tan violenta fue la colisión que el vehículo arrancó un poste de luz y lo llevó hasta adentro de la propiedad. Se les ocurre que esa es la única manera en que la camioneta pudo esquivar el árbol que hay frente a la casa. “Aquí le meten pata como en un autódromo”, cerró el propietario.