Las Pastillas del Abuelo, tan sinceros que se pelean con su versión de hace 10 años

Las Pastillas del Abuelo, tan sinceros que se pelean con su versión de hace 10 años

El último CD del grupo se replantea “verdades absolutas” de otros discos. Señal de madurez.

ORGÁNICOS. Los músicos deciden por mayoría de votos a qué referentes prestarles micrófono, explican. ORGÁNICOS. Los músicos deciden por mayoría de votos a qué referentes prestarles micrófono, explican.
28 Noviembre 2015
Hay un punto de la trayectoria de una banda a partir del cual los discos no se suceden simplemente unos a otros sino que dialogan entre sí. El último de ellos, el recién estrenado, interpela con sus letras a sus antecesores: a veces los contraría, otras los ratifica, a menudo los condiciona. Ese punto se llama madurez, según los integrantes de Las Pastillas del Abuelo, y es precisamente la etapa por la que dicen estar pasando ahora.

Fernando Vecchio -39 años, guitarrista- habla así de “Paradojas”, el último álbum del grupo: “se define bastante en su título. Lo que más encierra es una situación de madurez. Hemos llegado a un momento de la vida en que empezamos a cuestionar muchas de las verdades que creíamos absolutas. El tiempo te demuestra que nada es tan absoluto, que todo es bastante relativo, y ahí empiezan a surgir las paradojas de la vida”.

- ¿Qué verdades absolutas se están replanteando?

- Hay algunas canciones que quizás lo describan. En alguna letra nosotros cantamos “la costumbre va a matar al placer” (“La casada”, 2005). Decíamos como una verdad inamovible que el placer estaría vencido por la costumbre, pero no sé si es tan así. Hay matrimonios que se sostienen durante 30 años, más acostumbrado que eso no hay, y si de alguna forma encuentran placer es porque esa verdad no es tan absoluta. Quizás lo era cuando lo escribimos, pero hoy no representa lo mismo. Es una suerte de Pastillas 2015 vs Pastillas 2005 (risas).

- ¿La madurez grupal es consecuencia de las individuales?

- Lo primero que nos marca es que pasaron cuatro años desde el disco anterior -“Desafíos”, de 2011- y también que somos treinteañeros, algunos casi llegamos a los 40 años. Es una etapa en la que madurás, en la que pasan cosas importantes. Hace ocho años éramos todos solteros, íbamos solos por la vida; hoy hay siete benjamines entre nosotros. Es inevitable que el que tiene pibes piense distinto, ya no anda solo. Tiene un motivo para volver rápido a su casa, una preocupación nueva.

- El video de “Inercia”, el corte de difusión de “Paradojas”, habla de la trata de personas. ¿Por qué eligieron abordar ese tema?

- “Inercia” fue el primer tema que ensayamos, arreglamos y tocamos. Empezó a ganarse su lugar como primer corte solito. Entonces nos juntamos con un director, Osvaldo Lovisolo, que escuchó la canción y nos expuso lo que representaba para él. Fue él quien la llevó para el lado de la trata de personas, que no era algo que hubiéramos pensado cuando la escribimos. La verdad es que redondeó el concepto mejor que nosotros.

- Para hacer este video pidieron referencias a la Fundación María de los Ángeles, ¿cómo surge la relación con Susana Trimarco?

- Ella es una luchadora y cada vez que tiene la oportunidad de amplificar su voz, lo hace. Se presentó hace unos años en uno de nuestros shows para contarnos quién era. Nosotros sabíamos su historia, pero no la conocíamos personalmente, y empezamos una linda relación prestándole nuestro escenario para que pudiera hablar y acompañándola más que nada desde el sentimiento porque a la distancia es difícil luchar a su lado. Cuando Octavio propuso abordar el tema de la trata nos pareció oportuno hablar con ella, mostrarle el video, ver qué pensaba, si estaba de acuerdo.

- ¿Cómo deciden qué voces amplifican?

- Formamos parte de una banda que se hizo bastante popular y eso es atractivo para un montón de personas. Por ejemplo, si querés hacer una marcha en Plaza de Mayo contra el hambre en Sudáfrica, quizás te parezca una buena idea llamar a Las Pastillas para convocar gente. Hay un pequeño filtro en el que vemos si es lo que verdaderamente queremos apoyar o si estamos siendo presa de alguien que quiere hablar de algo que sólo le importa a él. En esas situaciones somos orgánicos: se analiza la propuesta y se decide por mayoría. Siempre hay alguno en desacuerdo porque es un grupo, pero nos guiamos por la intuición.

- ¿Crees necesario que una banda siente posición política?

- No me parece necesario. En los últimos años la política se ha vuelto muy futbolera, se han rivalizado partidos, personas, poderes, la prensa. Veníamos de una Argentina devastada, en la que la gente pedía que todos se fueran. De ahí al fanatismo casi River-Boca hay un avance porque al menos la gente intenta participar, se preocupa, se inmiscuye. Pero llevar esa participación a un punto de rivalidad no está bueno porque divide al país. De ahí lo que haga cada artista o banda tiene más connotación social que política; la música es un movimiento social y no político. Yo hago música para todo el mundo: para los seguidores de Macri, de Cristina, de Massa, de quien sea. Hago música para el mundo y la toma quien la toma.

ACTÚAN HOY

• A las 20, en el club Floresta (avenida Colón 471).

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