Avanti, Leandro González

No es casual que Leandro González haya conocido a una de sus mayores fuentes de desconcentración en una concentración. El atacante de Atlético es uno de esos jugadores que vive del fútbol pero no para el fútbol. Sin deslindarse de ninguna de sus responsabilidades, el silbato final de un partido o de un entrenamiento, significa para él, el cierre de una etapa diaria que tiene su lugar pero que debe dejar paso a uno igual de importante: despejarse.

Con su mente en ese estado, horas antes de un partido ante Belgrano en un hotel de Córdoba, fue que se topó con Iván Noble, con quien se reencontró hace un par de semanas en nuestra provincia.

Allá por el 2000, González ya había conocido todos los discos de “Los caballeros de la quema”, la banda que hizo famoso al cantante. “El me conocía de Estudiantes y se me puso a hablar de fútbol. A partir de ahí tenemos una linda relación y yo voy a verlo a los lugares donde estoy jugando”, confesó el hombre nacido en Pigüé.

Tal como dijo, el miércoles 15 de julio coordinó por privado con el músico y fue hasta el teatro Alberdi para escucharlo, saludarlo y compartir una cena posterior con sus respectivos representantes y otros amigos.

Ese momento en el medio de una semana era tan importante para uno de los goleadores de Atlético en el torneo, como asistir a una práctica previa a un partido.

“Hoy en día nuestra profesión nos lleva mucho tiempo pero sinceramente tenemos tiempo para todo. Es bueno dispersarse y hacer otro tipo de cosas. No es saludable estar todo el tiempo presionado y pensando en el fútbol”, señala González. “Por supuesto que cuando juego y entreno doy lo mejor pero siempre trato de decirle a los más jóvenes que hagan otra cosa. Es importante relajarse y hacer y pensar en otra cosa”, agrega.

Claramente, esa “otra cosa” para él es la música, más allá de no tocar ningún instrumento. “Siempre amagué con tocar la guitarra pero me quedé con las ganas”, confiesa. Pero como espectador, “Leo” ha conseguido esa desconexión que necesita del rectángulo de juego. Sin importar que estén al alcance de la mano en cualquier computadora con internet, él todavía compra CD’s para escuchar en cualquier momento.

El hecho de haber jugado en Primera y formado parte del equipo campeón de América con Estudiantes y que estuvo a punto de vencer a Barcelona en la final del Mundial de clubes en 2009, le dio la posibilidad de ir conociendo a esos mismos personajes que aparecían en las tapas de los álbumes que compraba y sigue comprando. Justamente su dedicación para el fútbol, más allá de no dejarlo en una zona de exclusividad, fue lo que le permitió ser un espectador con lujos que no todos pueden darse.

“Me gusta mucho el rock nacional. Con Iván siempre que podemos nos mensajeamos y nos vemos”, reconoce. Pero así como conoció a Noble, también pudo acercarse a Patricio Fontanet, líder de Callejeros, y Martín el “Mono” Fabio, el de Kapanga.

Pendiente de los recitales que llegarán a Tucumán, el otro fixture que tiene en mente González (además del de la B Nacional 2015), es la cartelera de espectáculos. Y lo bien que hace.