Tecnología “limpia”, pero no para todos

Tecnología “limpia”, pero no para todos

28 Junio 2015
“La quema en sí es un delito federal”, dijo el legislador Alfredo Toscano, miembro de la comisión de Medio Ambiente, y arremetió contra la “irresponsabilidad de los productores que incendian y la falta de voluntad del gobierno de controlar a los cañeros”. “Aquí hay 17 ingenios que se pueden controlar si se manda a un agente a la puerta para verificar que no ingrese caña quemada; y eso le corresponde a la secretaría de Medio Ambiente”, señaló.

Hay dos tipos de quema: la previa a la cosecha y la malhoja, que es el residuo que queda después de la cosecha. Hoy la más extendida es la segunda. El INTA desarrolló en 2011 una cosechadora de caña en verde para mecanizar un trabajo que hasta ese momento era manual. Esto llevaba a muchos productores a “limpiar” la caña que antes llevaban a los ingenios a través de la quema.

Sin embargo los cañeros medianos y chicos difícilmente pueden incorporar esa tecnología debido a su costo. También hay que señalar que la ley avala la quema a quienes tienen campos de 10 hectáreas si se anotan en un registro, explicó Toscano.

“El tema es que no existen los registros, nadie controla y se hace lo que se quiere”, opinó.

Salvo excepciones, no se saca provecho de la malhoja, por ejemplo para venderla a las papeleras como materia prima o para generar gas para los ingenios. “Sólo una empresa utiliza el residuo para carbón vegetal, para vender como materia prima para papel y para proteger el suelo”, le explicó el legislador a LA GACETA.

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