La reactivación de los Talleres de Tafí Viejo

La reactivación de los Talleres de Tafí Viejo

Presentada como un hito de la recuperación del ferrocarril y anunciada varias veces desde 2003 hasta el presente, la reactivación de los Talleres de Tafí Viejo era una de las tantas las promesas incumplidas por distintos gobiernos. Y es que la historia de esta megafábrica que alguna vez fue la más grande de Latinoamérica, estuvo escribiéndose durante décadas a la manera de un principiante: con numerosos borrones y sorpresivas tachaduras. Sin embargo, los tucumanos -y sobre todo los taficeños- vivieron días atrás un nuevo hito en esta accidentada biografía. Un hito que, por primera vez en mucho tiempo, dibuja la esperanza de un futuro distinto. La reapertura del Museo de los Talleres de Tafí Viejo el pasado 22 de mayo, no sólo permitió recuperar el inmenso patrimonio histórico que alberga la fábrica, sino que también sacó a la luz tesoros que, hasta ahora, se mantenían guardados en polvorientos anaqueles. Una colección de negativos en vidrio que documentan el “paso a paso” de la construcción de los talleres, varios tomos encuadernados de la revista de tirada nacional “Rieles y fomento” -incunables, únicos en su tipo- y colecciones de libros en inglés de Filosofía, Teología e Ingeniería que habían traído los ingleses que erigieron la fábrica a principios del siglo XX, hablan de la gran historia que aún yace encerrada en esos galpones. Pero, al mismo tiempo, trazan un punto de partida para el rescate integral de una planta gigantesca que sólo está ocupada en una pequeña porción. La asociación civil Amigos del Museo y los Talleres de Tafí Viejo recibirán el apoyo del Instituto Superior de Estudios Sociales del Conicet para la digitalización de todo el acervo del museo, pero el proyecto que están elaborando, a decir de sus autoridades, busca que otras áreas abandonadas de la vieja fábrica sean incorporadas al museo para realizar diversas actividades culturales y sociales. Y, para esto, hace falta el compromiso firme y constante del Estado y de los mismos taficeños. La idea de generar un museo a cielo abierto no ha sido desechada aún, pero también sería positivo que los galpones abandonados y depredados -hay muchos que incluso han perdido por completo sus techos- sean recuperados y puestos en funcionamiento para beneficio del mismo ferrocarril. Y hay otra cuestión más: dentro de la planta existe una nave de casi 300 hectáreas que en su interior guarda enormes grúas capaces de trasladar un peso de hasta 150 toneladas de hierro. Lo paradójico es que esa construcción depende directamente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a cargo de Alicia Kirchner, y se utiliza como depósito de mercaderías y productos decomisados en la frontera por Gendarmería. Por eso está custodiada por la Policía Federal las 24 horas y permanece cerrada para cualquier persona no autorizada. Esta situación genera cierto malestar porque muchos ferroviarios aseguran que la capacidad operativa de esos galpones está prácticamente desperdiciada. Es de esperar entonces que, tras la promulgación de la ley de creación de Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado que declara de “interés público nacional” y “objetivo prioritario de la República Argentina” a la política de reactivación de los ferrocarriles, los talleres de Tafí Viejo sean, de una vez por todas, tenidos en cuenta. Su reactivación no sólo tendrá un impacto fenomenal en toda la provincia, sino que también permitirá cumplir con una una deuda que tiene más de medio siglo.

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