Preocupa una posible reiteración de los saqueos

Preocupa una posible reiteración de los saqueos

El recuerdo de los vergonzosos saqueos ocurridos entre el 9 y el 11 de diciembre pasado están frescos en la memoria de los tucumanos. La preocupación por una posible repetición de los hechos invadió a los comerciantes, que expresaron su temor a las autoridades de Ministerio de Gobierno, Justicia y Seguridad. Los empresarios creen que la recesión económica puede exacerbar los conflictos sociales.

El secretario de Seguridad Ciudadana les dijo que la policía recorrerá las calles y que diariamente están efectuando tareas de inteligencia para evitar que “haya focos de conflictos, en particular, con aquellos que inciten a los saqueos”. El viernes, el gobernador Alperovich afirmó: “Estamos trabajando muy fuerte en la prevención, para que no nos suceda lo del año pasado, para darle tranquilidad a los empresarios. Vamos a fortalecer (la seguridad), vamos a poner más policías en las calles, en las zonas donde se saquearon”. También dijo que se están realizando las tareas de inteligencia oficiales y anuncio castigos. “Cuando veamos gente que quiera (saquear) se le caerán los beneficios que puedan tener del Estado. Estamos trabajando con los intendentes y con los dirigentes”, aseveró.

Los desdichados episodios tuvieron como eje principal el acuartelamiento de la fuerza policial, que dejó desprotegida a la población civil, situación que fue aprovechada por inadaptados sociales -no necesariamente indigentes- para cometer delitos. Los vecinos se armaron para defenderse de posibles latrocinios domiciliarios y montaron piquetes en las esquinas para impedir el paso de las bandas que circulaban en motocicletas.

Se dijo entonces que los saqueos habían sido alentados por la misma Policía. Hace unos días, dos fiscales solicitaron que 47 policías y ex miembros de la fuerza fueran sometidos a juicio oral, acusados de sedición, ostentación de armas de fuego, incitación a la violencia colectiva contra la institución policial, privación ilegítima de la libertad, coacción, hurto y robo calamitoso.

El Gobierno también tuvo su responsabilidad porque se dedicó primero a dar una solución al reclamo salarial de los agentes, en lugar de socorrer a la población, víctima de delincuentes. Luego de los saqueos se otorgaron subsidios a los 60 comercios que sufrieron importantes pérdidas económicas. El subsecretario provincial de Empleo criticó el uso político de planes de trabajo para los desempleados y afirmó que no existe un programa “antisaqueos”, sino uno “anticrisis”. Sostuvo que 13.500 desempleados que pueden percibir una ayuda de $1.000.

La realidad muestra que violencia social no se combate solo con planes o subsidios. La inequidad en la distribución de la riqueza, la desocupación, el analfabetismo, la escasez de posibilidades de conseguir un trabajo genuino, son algunas de las causas del incremento de la inseguridad y de la delincuencia. En todos estos años, inexplicablemente, el Gobierno ha sido incapaz de diseñar una política de Estado integral que abarque educación, salud, seguridad, deporte, cultura, como una manera de dignificar a aquellos sectores sociales que viven la marginalidad.

En diciembre pasado, vivimos tres de los días más vergonzosos que se registraron en la historia tucumana. Sería positivo que nunca más volvieran a repetirse.

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