Las personas, como capital de la empresa

“Si son Humanos, no son recursos. El trabajador es un sujeto, el recurso un instrumento”. Estas afirmaciones de Mario Ackerman, experto en Derecho del Trabajo y especialista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se renuevan cada vez que se debate acerca de si los trabajadores constituyen recursos humanos o si son considerados, verdaderamente, el capital de una organización.

Hoy, en función de las características de las nuevas generaciones, estamos llamados a retomar el rumbo perdido, sostiene Marco Arru, especialista en Comunicación Organizacional. La “Generación Y” busca una experiencia más que un trabajo; y desde las organizaciones hay que diseñar propuestas de valor atractivas: empresas y líderes cercanos, que escuchen y conozcan a su gente; espacios colaborativos y autonomía, sostiene el director de Comunix (www.comunix.com.ar).

Según Arru, el concepto de persona es principalmente filosófico; expresa la singularidad de cada individuo, un ser dotado de razón, consciente de sí mismo y poseedor de una identidad propia. “Antes de ser un trabajador, el individuo es persona, libre y con capacidad de razonar y decidir sobre sus actos”, puntualiza el experto.

En los últimos años, las discusiones globales acerca del Capital Humano se circunscribieron al valor de la persona, como esencia de toda organización. “Creo que poner a la persona en el centro de la gestión, tal como también están recordando en Estados Unidos (Getting Back Into the People Business), es una respuesta a las nuevas generaciones y a los bajos índices de engagement (compromiso) en las empresas del mundo entero”, sostiene Arru. Pero así como en el caso de la confianza, en el que primero hay que darla para luego recibirla, es la conducción quien tiene que estar comprometida con su gente, para luego recibir el alineamiento y la implicación del personal., acota.

Si lo que queremos es innovación, creatividad, pasión por la tarea, compromiso y embajadores de marca, necesitamos tener presente, en cada acción que realicemos, que nuestros colaboradores son seres humanos con ideas, creencias, emociones, vocaciones, y que esperan que los tratemos como personas, advierte el consultor y conferencista. Como afirma Dee Hock -creador de la tarjeta Visa, fundador y CEO de Visa Inc.-: “las organizaciones son el recurso de las personas”. En este caso, el orden de los factores altera el producto.

“Descosificar al actor”

Empleado es sinónimo de usado, utilizado (del verbo utilizar, aprovecharse de algo), lo que remite más a un objeto. “Considerar a los trabajadores como recursos es empobrecer dramáticamente la relación laboral. Es quitarle lo más importante que puede surgir de esa vinculación, la riqueza imprevisible e inconmensurada que puede generar la condición humana. Con el grave riesgo de que, los empleadores usuarios, se encuentren con trabajadores parecidos a los demás recursos: insensibles, mecánicos, irreflexivos, desapasionados”, explica el director de Comunix.

En consecuencia, el docente considera que, al tener la responsabilidad de dirigir un equipo de trabajo, el enfoque debe estar dado en el modelo de relaciones porque, de otra manera, habrá efectos negativos que pondrán en riesgo el cumplimiento de los objetivos organizacionales. “Es una cuestión de inteligencia y adaptación profesional; logramos los resultados a través de nuestros equipos”, indica. Por esa razón, el especialista en Comunicación Organizacional sugiere tomar a los colaboradores como personas y no como engranajes. Es lo que están tratando de comunicar las nuevas generaciones que ya interactuan en el mercado laboral.

“En estos tiempos que corren hay que ganarse la adhesión. ¡Atención líderes! Estamos rodeados de personas, actuemos en consecuencia”, remarca Arru.