Por Alejandro Klappenbach
13 Septiembre 2014
LO SACÓ ADELANTE. Aunque por un momento el partido se le complicó, Mayer impuso su mejor tenis ante Botzer. telam
Y al final no pasó nada extraño. En una serie diferente por razones mencionadas horas atrás, las razones tenísticas fueron absolutamente lógicas.
A saber. La victoria de Leonardo Mayer nunca estuvo en discusión, ni siquiera cuando Bar Botzer dio vuelta el segundo parcial y empató el score a set por lado. Entonces el correntino dejó a un costado los entendibles nervios, soltó su tenis, se acordó del nivel que arrastra en este tramo de 2014, despachó el triunfo a pura potencia y fijó los números para un elocuente 6-4, 3-6, 6-2 y 6-1.
El segundo turno también fue previsible, dicho esto prescindiendo del resultado. Su desarrollo tuvo lo que debía tener. Del lado de Dudi Sela, velocidad de piernas y brazos, la intención de impactar siempre bien adelante, trayectoria recta y penetrante para acortar tiempos, y una envidiable sensibilidad para definir. Y por sobre todas estas virtudes, la versatilidad de su revés, por amplio margen, lo mejor de su juego. Enfrente, “Charly” Berlocq fue él mismo. Ese tenista combativo para pasar los malos momentos, inteligente para buscar soluciones, paciente para esperar su tiempo. Desarrollo y números lo apretaban hasta el 6-3, 3-0. No es casualidad que justo en ese lapso el de Chascomús haya cambiado golpes y estrategia para apurarle los tiempos a quien jugaba más rápido, y encontrar en ese cambio la solución al problema. Ese segundo set que lucía adverso quedó finalmente de su lado en el tiebreak y le puso alfombra roja al punto parejo, cerrado, jugado mano a mano entre dos jugadores de una categoría similar. En ese contexto, seguramente el 6-3, 6-7 (5-7), 6-2 y 6-2 final sugiera cierta comodidad que no fue tal en los dos últimos sets.
La serie está 1-1 y mantendrá las incógnitas hasta el domingo. El fin de semana promete ser atractivo e intenso. Y el dobles de hoy asoma, a la vez, seductor y decisivo.
A saber. La victoria de Leonardo Mayer nunca estuvo en discusión, ni siquiera cuando Bar Botzer dio vuelta el segundo parcial y empató el score a set por lado. Entonces el correntino dejó a un costado los entendibles nervios, soltó su tenis, se acordó del nivel que arrastra en este tramo de 2014, despachó el triunfo a pura potencia y fijó los números para un elocuente 6-4, 3-6, 6-2 y 6-1.
El segundo turno también fue previsible, dicho esto prescindiendo del resultado. Su desarrollo tuvo lo que debía tener. Del lado de Dudi Sela, velocidad de piernas y brazos, la intención de impactar siempre bien adelante, trayectoria recta y penetrante para acortar tiempos, y una envidiable sensibilidad para definir. Y por sobre todas estas virtudes, la versatilidad de su revés, por amplio margen, lo mejor de su juego. Enfrente, “Charly” Berlocq fue él mismo. Ese tenista combativo para pasar los malos momentos, inteligente para buscar soluciones, paciente para esperar su tiempo. Desarrollo y números lo apretaban hasta el 6-3, 3-0. No es casualidad que justo en ese lapso el de Chascomús haya cambiado golpes y estrategia para apurarle los tiempos a quien jugaba más rápido, y encontrar en ese cambio la solución al problema. Ese segundo set que lucía adverso quedó finalmente de su lado en el tiebreak y le puso alfombra roja al punto parejo, cerrado, jugado mano a mano entre dos jugadores de una categoría similar. En ese contexto, seguramente el 6-3, 6-7 (5-7), 6-2 y 6-2 final sugiera cierta comodidad que no fue tal en los dos últimos sets.
La serie está 1-1 y mantendrá las incógnitas hasta el domingo. El fin de semana promete ser atractivo e intenso. Y el dobles de hoy asoma, a la vez, seductor y decisivo.
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