El sueño de crecer al ritmo del dos por cuatro

El sueño de crecer al ritmo del dos por cuatro

Jóvenes tangueros vienen protagonizando desde hace unos años una movida para revalorizar este baile en La Perla del Sur. Armaron la “Casita del Tango”, donde dio sus primeros pasos Sebastián Acosta, el último campeón mundial de tango. Las expectativas que esto genera y los proyectos.

“LA CASITA”. En un departamento, las parejas practican tango todos los lunes, viernes y domingos. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL “LA CASITA”. En un departamento, las parejas practican tango todos los lunes, viernes y domingos. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

Sobre la calle 24 de Septiembre al 1.200, a tres cuadras de la plaza principal de Concepción, hay una puerta metálica abierta y una escalera. La mayoría de los vecinos de La Perla del Sur ignoran qué pasa ahí. Y es que en ese domicilio no hay nada que llame la atención, nada que indique que al final de esos escalones alguien apoya la púa sobre la pista de viejos vinilos y los pies se mueven al ritmo del dos por cuatro.

En ese espacio de viejas baldosas y paredes repletas de cuadros con fotos de Carlos Gardel no hay bailarines entrados en años y engominados. Tampoco hay cantantes llorando penas. En esta “Casita del Tango” todos son jóvenes apasionados, a los ojos de sus amigos vistos como verdaderos “bichos raros”. Pero a ellos no les importa. Desde 2005 vienen peleando por un sueño: convertir a Concepción en ciudad del tango.

En esta Casita fue justamente donde dio sus primeros pasos Sebastián Acosta, el tucumano que el lunes se consagró campeón del Mundial de Tango 2014 junto a su pareja, la uruguaya Lorena González, en la categoría “pista”. “Casi morimos de la emoción cuando nos enteramos que Sebastián había ganado”, cuenta Nelson Díaz Filipi, el motor de este equipo de tango. El proyecto, que arrancó en 2005 con ocho parejas de baile y un cantante (Díaz Fillipi), fue creciendo de a poco y ya dio varios frutos: además de Sebastián, otra bailarina del grupo, Marina Téves, fue semifinalista en el mundial 2013 y ya se convirtió en artista internacional.

Sorpresa

“Todo esto nació porque había un grupo de jóvenes que estábamos interesados en el tango. Pero aquí en Concepción era una materia pendiente. En 2006, “La Casita del Tango” se creó para aprender a bailar. Trajimos profesores de San Miguel de Tucumán y después comenzamos a armar el museo Carlos Gardel. Cuando empezamos con los shows y las milongas, nos sorprendió la cantidad de gente que asistía. Se notaba que la ciudad necesitaba del tango”, recuerda Díaz Filipi.



Desde muy pequeño, incentivado por sus abuelos, Nelson empezó a cantar tango. “Llevo esta música en la sangre”, sostiene el joven de 31 años. En 2009, organizó en Concepción el primer festival de tango, con milongas en las calles y espectáculos a cargo de destacados artistas. Por el evento, que se repite cada año y que fue reconocido como uno de los festivales juveniles más sobresalientes del país, pasaron grandes figuras como Silvio Soldán, María Garay, Marcela Ríos y Leandro Conte, entre otros.

Este año, el festival se realizará en noviembre. “Esperamos más de 1.500 personas. El año pasado, alcanzamos los 800 espectadores”, expresa Díaz Filipi. Las expectativas tienen su explicación. “Tenemos al campeón mundial de tango, estamos orgullosos de eso y creo que este hecho tiene que significar un reconocimiento para nuestro tango en Concepción”, resalta Nelson. “Vamos a pedirle a los concejales de la ciudad que declaren al festival de interés municipal. Y también solicitaremos el apoyo del Ente Tucumán Turismo”, adelantó.

Dedicatoria

Los jóvenes tangueros de La Perla del Sur están orgullosos de tener un compañero campeón del mundo. Una pared completa de la “Casita del Tango” estará dedicada a Sebastián Acosta. “Recuerdo cuando vino la primera vez. El era bailarín de folclore. Se puso a probar con el tango y le fue muy bien. Se destacaba siempre porque tenía un porte muy bueno; se distinguía en el abrazo y en la pisada”, recordó Nelson.

Micaela Ovejero, que primero fue profesora de Sebastián y luego se convirtió en su pareja de baile, lloró cuando le dieron la noticia. “Sebastián es, sobre todo, un bailarín muy perseverante, dedicado y detallista. Le ponía el corazón a cada baile”, opinó.

Micaela es testigo directo de cómo cada año aumenta la cantidad de jóvenes interesados en bailar tango en el pequeño salón que tienen en La Perla del Sur. “El reconocimiento a nuestro compañero es bueno porque es un incentivo para todos los que estamos en el interior. También es una señal de que aquí en Concepción vamos por el buen camino. Somos unos enamorados de esto y nos cuesta avanzar. Desde el ámbito cultural nos dan muy poca bolilla. Tucumán tiene muchísimo tango. El problema es que no se valora; no te dan apoyo oficial, te dicen que el tango es de Buenos Aires”, opinó.

Desde que se creó la “Casita del Tango”, unos 60 jóvenes pasaron por allí para tomar clases de baile. Tres de ellos siguieron su carrera en Buenos Aires. Los otros se quedaron, pero no descartan la posibilidad de irse a probar suerte a la gran ciudad. “Si te querés perfeccionar y crecer, lo mejor es viajar. Pero no es una decisión fácil de tomar”, resaltan Mauro Jeréz, de 22 años, y Natalia Albornoz, de 28.

Esta pareja de jóvenes bailarines no llevaba el tango en la sangre. El baile les entró por los ojos. Y nunca pudieron abandonarlo. “Es difícil, pero apasionante. Realmente, es un baile en el que ponés todos los sentimientos”, describe Natalia.

Ella, al igual que sus compañeros de la “Casita del Tango” hace rato abandonaron el boliche. Cada fin de semana se encuentran en las milongas que se organizan en un bar de Concepción. “Te miran raro cuando empezás. A mi familia no le gusta el tango; nunca me vieron bailar”, añade Natalia.

Van de a poco, con recursos muy acotados. Pero los sueños de estos jóvenes tangueros de La Perla del Sur no se detienen. El próximo desafío: tener un lugar más grande en el cual mostrar lo que hacen y perfeccionar sus técnicas de baile. “La idea es tener una casa verdaderamente, en la cual armar mejor el museo. Nos han donado muchísimas cosas, ropa, tocadiscos, música y cuadros. Pero no tenemos más espacio para ponerlos”, destaca Díaz Filipi.

Que Concepción tenga un bailarín campeón del mundo tiene que contribuir a la actividad, sostienen los jóvenes, cuyo sueño mayor es seguir creciendo para que la ciudad sea una verdadera sucursal del tango.

Los Guchea es un pequeño poblado ubicado entre Concepción y Aguilares. Para ingresar, hay que recorrer un kilómetro de un camino ancho de tierra. En 2013, este paraje se hizo famoso por las protestas de los vecinos en contra de un proyecto para ubicar en la zona una planta de tratamiento de la basura. Un año después, vuelven a ser noticia. Pero ahora, hay motivos para festejar.

“Vea esa casa amarilla, de dos pisos. Ahí creció nuestro querido Sebastián Acosta”. Esa es la primera descripción que da una vecina de Los Guchea al ver la camioneta de LA GACETA. “Todos estamos muy orgullosos de este chico”, añade.

Le gritan desde lejos: “te felicito por ese hijo”. Se acercan a saludarla: “mirá lo que lograste”. Estos días han sido a pura emoción Patricia Sanna, de 49 años, la mamá de Acosta. Será por eso que no puede contener las lágrimas. “Es mi único hijo varón”. Así presenta la orgullosa mamá a Sebastián, de 24 años. El lunes a la noche, cuando ella volvía de su trabajo en Concepción (a cinco km de Los Guchea), le dieron la noticia: el joven y su pareja de baile, la uruguaya Lorena González, se habían llevado el máximo galardón en el Mundial de Tango.

“No lo podía creer, llegué a casa cantando sola. Pensé: ¡al fin se le dio! Si hubiera sabido, hubiera pedido un préstamo y me iba a ver el concurso”, expresa.

“El siempre bailó folclore. Hace tres años le comenzó a gustar el tango y empezó a tomar clases en Concepción”, recuerda la madre. Ella está muy feliz: “era su sueño ganar el mundial, me lo dijo antes de irse”.

No fueron momentos fáciles para la familia cuando Sebastián, que nació en Concepción y fue criado en Los Guchea, decidió partir a Buenos Aires hace un año y medio.

“Fue complicado aceptarlo, pero lo apoyamos en todo. Fue una decisión de un día para el otro. Me dijo ‘mamá, me voy a Buenos Aires a cumplir mi sueño’. Le dije ‘hijo mío, que sea lo que Dios quiera, uno te apoyará en todo lo que decidas’. Teníamos temor a la inseguridad, pero gracias a Dios y la Virgen siempre estuvo muy protegido, cuidado y apoyado por mucha gente muy buena. Incluso está de novio con una bailarina reconocida de Buenos Aires (Laura D’Anna). Se quieren mucho”, cuenta.

Según contó Patricia, antes de irse Sebastián estaba estudiando Gestión Agropecuaria. Su objetivo era ayudar a su padre en la finca que tiene la familia. “Se enamoró del tango y dejó todo. Le costó mucho. Como no podía vivir del tango, tuvo que buscar trabajo en una fábrica de ascensores. Luego empezó a perfeccionarse en el estudio de Mario Morales”, relata. Lo describe como un chico muy humilde y bondadoso. “Le encanta darme sorpresas; así que espero que venga pronto”, dice la mujer, ilusionada.

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