El juego de las diferencias

El juego de las diferencias

Walter Schmidt, columnista de DYN.

28 Julio 2014
BUENOS AIRES.- El Gobierno nacional tiene decidido no dejarle a Daniel Scioli despejado el camino por la carrera presidencial. La presidenta, Cristina Fernández, ha dado vía libre a sus funcionarios para confrontar con el gobernador bonaerense a quien consideran, en la Casa Rosada, el principal competidor en las PASO del Frente para la Victoria del próximo año.

“Si dejamos que Scioli se presente como el seguro ganador de las PASO, licuamos por anticipado el poder de Cristina”, reflexionó un operador político “K”.

En ese contexto, no es casual que el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, haya dado un paso más en su postulación presidencial, al asegurar que “no” tiene “ninguna duda” en poder ganarle a Scioli en las internas.

Horas después, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, no dejó la oportunidad, servida en bandeja, para diferenciar a Scioli del kirchnerismo.

Cuando un periodista pidió su opinión sobre versiones acerca de que los mejores candidatos presidenciales 2015 del grupo ‘lobbista’ American Task Force serían Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli, Capitanich evitó defender al gobernador bonaerense, tratándose de un referente del Frente para la Victoria, y prefirió una ironía: “a confesión de partes, relevo de pruebas”.

Esa misma sintonía ‘antisciolista’ la tienen otros presidenciables del oficialismo como Sergio Urribarri, Agustín Rossi o Julián Domínguez, que ya han cuestionado al bonaerense por su temprano lanzamiento o por considerar que no representa la continuidad del kirchnerismo duro.

No obstante, Scioli acepta el juego. Mientras el gobernador bonaerense acompañaba a la Presidenta en un acto en General Rodríguez, su ministro agropecuario, Alejandro Rodríguez, asistía a la Exposición en la Rural, afirmando que “es hora de que dejemos de engancharnos con las peleas del pasado” y convocando a “un gran pacto agropecuario nacional”.

Traducido, olvidemos el conflicto de 2008 entre Néstor Kirchner y el campo, que dividió el país y culminó con el voto no positivo de Julio Cobos sobre la Resolución 125, y firmemos un pacto agropecuario. Un trago amargo para el paladar “K”.

Son peronistas

Lo que el kirchnerismo no termina de comprender es que con sus ataques a Scioli, ensalzando a Randazzo, termina siendo funcional a que el candidato presidencial del Frente para la Victoria o como se llame en 2015, no sea kirchnerista. ¿Por qué? Tanto Scioli como Randazzo, hoy, los mejores posicionados dentro del oficialismo, son peronistas ortodoxos, no kirchneristas.

Scioli fue parte, ya sea como legislador o bien como funcionario de los gobiernos de Carlos Menem, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Randazzo fue funcionario de Duhalde, de Felipe Solá, dirigente de Kirchner y ministro de Cristina.

Tanto Scioli como Randazzo representan al peronismo en toda su dimensión, incluyendo a los justicialistas que se cruzaron de vereda. Cuesta creer de qué manera el kirchnerismo pueda lograr tener un candidato propio, de la misma raíz, en 2015.

Salvo que Cristina apueste a no colocarle la banda presidencial a ningún peronista. (DyN)

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