Los alumnos del EPAM ven lejano el comienzo de clases

Los alumnos del EPAM ven lejano el comienzo de clases

La casa de Rivadavia 417 está siendo refaccionada, pero los talleristas sienten la demora. A la espera del nuevo Gabinete rectoral

TODAVÍA FALTA. Un grupo de alumnos del EPAM recorrió la casa en obras y lamentó que aún no haya una fecha cierta de inicio de los talleres. la gaceta / fotos de antonio ferroni TODAVÍA FALTA. Un grupo de alumnos del EPAM recorrió la casa en obras y lamentó que aún no haya una fecha cierta de inicio de los talleres. la gaceta / fotos de antonio ferroni
06 Junio 2014
Ya no ven las horas de entrar por esa puerta. De prender las luces, de escuchar los grabadores sonando, de dar sus primeros pasos en una chacarera. Pero la espera se muestra interminable y a ellos, los alumnos del EPAM, les cuesta cada vez más ver el vaso medio lleno. Han sido muchas idas y vueltas, muchas palabras desvanecidas en el aire, pero están convencidos: “ahora, a esta altura, no podemos sacar el caballo de encima”, repiten casi a coro.

Los alumnos del programa de Educación Permanente para Adultos Mayores de la UNT (EPAM) saben que una de las batallas, tal vez la más dura, está ganada. Ya han recuperado la casona de Rivadavia 417, que ahora se llama “sede centro” y que fue el edificio donde se vivieron los tiempos de oro de la institución. Después de negociaciones con los propietarios del inmueble y la financiación de la deuda que mantiene con ellos la UNT, se accedió a renovar el contrato por tres años. Ahora falta lo otro: refaccionarla y dotarla de todo lo necesario para que puedan comenzar las clases, porque la casa ha quedado vacía y todo lo que había en ella fue trasladado a la ex Usina, donde funciona el EPAM desde 2013.

“Vemos que las cosas van muy lentas, que faltan muchas cosas, recién están pintando pero no tenemos ni pizarrones, ni sillas, ni bancos, ni computadoras, ni nada. Para peor, no tenemos un interlocutor válido, porque en este momento ni siquiera se sabe quién estará al frente de la Secretaría de Extensión. Estamos en un limbo”, señaló José Oldano, alumno desde 2007. Él fue uno de los tantos que no accedió a tomar clases en el nuevo predio de avenida Sarmiento al 1.200. “Yo tengo vehículo y para estacionar la ex Usina es perfecta. Pero nada más, porque adentro hace más frío que afuera en invierno y un calor insoportable en verano. Hay todo tipo de bichos, palomas que hacen sus necesidades en el salón... Es insalubre”, fustigó.

“Todos los rectorables, durante su campaña, hablaron maravillas del EPAM y prometieron de todo. Pero ahora, que ya han pasado las elecciones, nosotros todavía no sabemos si van a empezar o no las clases”, reclamó por su parte Bibí Ponce de León, una de las más activas referentes del grupo “Autoconvocados del EPAM”.

En obra
La casona de calle Rivadavia está en plena obra y todavía se ven y se huelen los rastros de humedad luego de 15 meses cerrada. Se han cambiado los techos en su totalidad, ahora están pintando y pronto comenzarán con la instalación eléctrica. “Estamos a la espera de que asuman las nuevas autoridades y que designen un director. A partir de ese momento, calculamos unos 10 días más para que comiencen las clases”, estimó el ex subsecretario de Política Administrativa y Gestión de la UNT, Edmundo Bórquez, quien por disposición del saliente secretario de Extensión, Mario Leal, cumple las funciones de director administrativo del programa. Él fue uno de los artífices principales del acuerdo con los propietarios del inmueble y quien está coordinando administrativamente las refacciones de la casa. “Dentro del acuerdo que firmamos, se refinanció la deuda en tres años, se confeccionó un nuevo contrato y además ellos se encargaron de reparar los techos. Estamos pintando y ya tenemos comprados los materiales para hacer la instalación eléctrica, que comenzará a hacerse en los próximos días”, detalló el contador.

Los alumnos autoconvocados sostuvieron que el dinero para comprar la pintura y los materiales eléctricos salió de las 700 matrículas que se abonaron hasta el momento. Fuentes cercanas a Extensión confirmaron esta versión y estimaron que mediante la inscripción sumaron cerca de $ 80.000 para las obras.

El próximo paso es entonces llenar la casa, no solo con alumnos, sino con los muebles. “Los autoconvocados pidieron que el mobiliario que sobra de la sede de la ex Usina, que fue comprado en su momento por la Cooperadora del EPAM, sea llevado a la sede centro. “Eso haremos. Además, faltan comprar cosas como grabadores y pizarrones, cosa que se resuelve muy rápido”, dijo Bórquez. Una suerte distinta correrá la sala de computación: “hay que comprar entre 12 y 20 PCs, para lo cual necesitamos abrir una licitación. Si bien las clases comenzarán antes, el taller de Informática demorará un poco más: calculamos que en agosto”, se sinceró el funcionario.

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