Las disputas ambientales se hacen más violentas

Las disputas ambientales se hacen más violentas

Un informe internacional denunció que 106 personas murieron en 2011 por conflictos por la posesión del suelo y los recursos naturales. La ONG Global Witness alertó por el aumento de ataques y persecuciones a los ocupantes de tierras fértiles. Cambio de destino

20 Junio 2012
LONDRES.- Al menos dos personas mueren cada semana por disputas medioambientales en el mundo, a medida que la batalla por la tierra, por los recursos naturales y por los bosques se está volviendo más violenta, según un informe publicado ayer.

El documento se conoció dos días antes de que comience la cumbre mundial Río+20, en la cual más de un centenar de Gobiernos intentarán acordar políticas globales sobre el tratamiento del ambiente para el futuro (ver "Un acuerdo..."). Global Witness (GW), un grupo defensor de los derechos humanos que investiga la explotación de los recursos naturales, denunció que 106 personas fallecieron violentamente en 2011, casi el doble de la cifra de 2009, en ataques y enfrentamientos en países ricos en materia prima.

Un total de 711 personas murieron entre 2002 y 2011 en este tipo de disputas, lo que se traduce en más de un deceso por semana de promedio, añadió la entidad, que además indicó que se impuso una cultura de impunidad por la baja cantidad de condenas. Los países con el mayor número de asesinatos registrados fueron Brasil, Perú, Colombia y Filipinas.

"Es una paradoja bien conocida que muchos de los países más pobres del mundo son el hogar de los recursos que impulsan la economía mundial. Como la carrera para tener acceso a estos recursos se intensifica, es la gente pobre y los activistas los que cada vez se encuentran más en la línea de fuego. Estas tendencias son sintomáticas de una competencia cada vez más feroz por los recursos, con la consecuente brutalidad e injusticia", se planteó en el informe internacional.

Los pactos sobre recursos naturales fueron acordados a menudo en secreto entre funcionarios, élites política y empresarial, según el relevamiento, dejando a las personas que cultivaban esas tierras o habitaban los bosques afectados, sin ningún derecho o voz en el proceso. Quienes intentaron intervenir fueron castigados con violencia, desalojos forzosos o asesinatos, se aseveró.

"Los asesinatos tuvieron una gran variedad de formas, incluso enfrentamientos entre comunidades y fuerzas de seguridad estatales, desapariciones seguidas de muertes confirmadas, muertes bajo custodia o asesinatos selectivos", señaló el reporte.

GW destacó que la tierra y los bosques ocupados son destinados a la agricultura intensiva, la minería, las plantaciones, la tala de árboles, la expansión urbana y la energía hidroeléctrica.

"Si este problema no se aborda de manera urgente, es probable que empeore, particularmente a medida que esperamos más inversiones en países con normas de derecho débiles. Esto podría significar conflictos más violentos sobre los proyectos de inversión y disputas por la tenencia de la tierra, con consecuencias potencialmente trágicas", finalizó la organización. (Reuters)

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